7.8
Score

Final Verdict

Un álbum soñador, esperanzador, desafiante, con buenas canciones, y que como es habitual durante toda su carrera, encontraremos en todas sus canciones referencias continuas a otros grandes grupos.

La noticia es que Sea Power pública su primer trabajo, pero si añadimos el correspondiente British, nos encontramos con el octavo álbum en veinte años de carrera.

Y el cambio de nomenclatura respecto de lo que nos vamos a encontrar musicalmente en éste nuevo trabajo, sinceramente, sólo significa que cambiará la cubeta donde podremos encontrarlos a partir de ahora (la versión oficial de Scott Wilkinson al respecto es que era una incomodidad ese calificativo en el momento actual, tras los acontecimientos de los últimos tiempos).

Dejando el tan comentado cambio de denominación, nos encontramos con que Everithing Was Forever” está repleto de buenas canciones, y, con ello los seguidores habituales de este grupo no se sentirán en absoluto defraudados, ya que encontraran su habitual amalgama de indierock-britpop-postpunk-épico.

De un inicio tranquilo, “Scaring at the Sky”, una muy buena balada dream-pop que ya quisieran para si muchos grupos, pasamos a dos de los temas más sobresalientes del trabajo, “Transmitter”, que nos recuerdan a los “Echo and the Bunnymen”, o incluso, lo que sería la enésima actualización de cómo deberían sonar hoy “Joy Division”; y “Two Fingers(que juega con el doble sentido de la figura V con los dedos, rabia y paz) y que es un auténtico himno digno de equipararse a la reverenciada “Carrion”.

El álbum continúa a muy buen nivel, con otras dos buenas canciones, “Fire Escape in the Sea”, es la típica buena canción que no defrauda, y, gusta, a pesar que el grupo lleva haciéndola desde siempre, para a continuación sorprendernos con “Doppelganger”, entre demoledora, abrumadora y adrenalítica. 

Sigue un más que correcto desarrollo del álbum, con un giro puramente pop con “Folly”, cuya letra contiene el título del álbum, y, que nos devuelve a la dicotomía que impera en el mismo:  “if the end is near”, “all fucked”, pero con la promesa  que: “gonna wake up a different world”.

Las canciones de cierre, “Green Goddess”, y, especialmente, “Lakeland Echo”, nos devuelven nuevamente al principio del álbum, cerrando el círculo con baladas ensoñadoras, que provocan y nos llevan a un final muy digno con “We Only Want To Make You Happy”.

En definitiva, un álbum soñador, esperanzador, desafiante, con buenas canciones, y que como es habitual durante toda su carrera, encontraremos en todas sus canciones referencias continuas a otros grandes grupos, resultándonos ciertamente indiferente, si deciden continuar quitándose palabras del nombre en futuros discos, siempre y cuando el resultado sea como mínimo igual que Everything Was Forever”.