Tras la primera entrega dedicada a la literatura, hoy finalizo este doble «Especial Sant Jordi 2021» con otras ocho recomendaciones, agrupadas en un «cajón de sastre» que incluye mucha música —no podía faltar en esta web—, ensayos, deporte y cómic. Una mezcolanza de propuestas de lo más variada, completando un total de dieciséis lecturas para acertar el próximo Día del Libro, o a lo largo del año. No os entretengo más, vamos a ello.

La música. Una historia subversiva, Ted Gioia (Turner, 2021)

Pese a que uno ya conocía a Ted Gioia tras su magnífico Blues, la verdad es que no estaba preparado para este La música. Una historia subversiva, una asombrosa obra que expone y reivindica su valor como factor transformador, agente político del cambio y elemento cohesionador… desde que los humanos poblamos la Tierra. Sugestivo sin perder la densidad o el rigor, el californiano va de la prehistoria a Ariana Grande, analizando cómo la música es una constante antropológica, presente en cualquier cultura y tiempo a lo largo de la historia, siempre evolucionando a través de géneros que surgen y desaparecen, igual que nuestra concepción de ella. Y como la música relevante nace del conflicto, las clases desfavorecidas y marginadas, mediante un proceso recurrente. Primero demonizada, luego progresivamente aceptada, hasta que adquiere la digamos respetabilidad… y entonces debe ser sustituida por la siguiente revolución sónica, gracias a aquellos rebeldes, dispuestos a confrontar los tabúes y patrones de comportamiento sociales de cada época. De los trovadores a la música polifónica. Del jazz al rock o la electrónica —ojalá hagamos una excepción con el reguetón—, esa ha sido la dinámica desde que la música existe. Ahora tenemos una lectura prodigiosa para descubrir cómo la historia se repite… y suena extraordinariamente bien si la cuenta Gioia.

Amor crónico. Memorias, Chris Frantz (Libros del Kultrum, 2021)

Otra banda que, sin duda, merecía unas memorias son Talking Heads. Pensaba que la tarea recaería en el prolífico David Byrne, su cara más reconocida —y «perroverde» donde los haya—. No obstante, ha sido el batería y cofundador Chris Frantz quien ha asumido el reto con una obra que no pretende ser un ajuste de cuentas, pese a su inequívoca voluntad de reflejar que la hiperinfluyente banda fue la suma de cuatro talentos, no solo un genio que arrastró a tres secundarios. Ciertamente, Frantz reclama su papel creativo —suyo y de Tina Weymouth, icónica bajista, esposa y el personaje clave del libro— y de verdadero sostén de los Heads en la zozobra, ofreciéndonos incluso algún episodio virulento con ByrneBrian Eno también tiene lo suyo—. Valga el mismo final del grupo en 1991 como triste ejemplo. Pero, sobre todo, esta extensa biografía, escrita con una sencillez y desnudez emocional que a veces resulta cándida —royalties, Chris, royalties—, es un sentido homenaje al underground neoyorquino setentero y a los no menos caóticos ochenta: proyectos paralelos —el pelotazo de Tom Tom Club y las ampollas suscitadas en la banda matriz—, grabaciones, conciertos, giras —tremenda la conjunta con los Ramones, mísero Johnny aparte—, y anécdotas —James Brown, Grace Jones, Happy Mondays— por doquier. Pop, aventuras… y una historia de amor de las que solo surgen «una vez en la vida».

Acid for the children, Flea (Libros Cúpula, 2021)

Y de la gran Tina Weymouth, a otro bajista incluso más célebre, el inefable Flea de los Red Hot Chili Peppers, responsable de unas memorias —la primera parte de ellas, en realidad— realmente sorprendentes. Por su prosa, de clara pretensión literaria, con numerosos pasajes de voluntad poética o fragmentos fantasiosos, que lo hermana con las obras de Patti Smith —firmante del prólogo—. Y porque el repaso a sus vivencias de infancia y adolescencia, sus orígenes justo antes de RHCP, es tan rica en anécdotas y revelaciones como impredecible en su devenir narrativo. Acid for the children no escatima los fragmentos de dureza, singularmente los que tienen que ver con su hogar, australiano y norteamericano, roto; las experiencias con la delincuencia menor; o los episodios de hedonismo llevados a sus peores consecuencias. No obstante, el tono de la autobiografía está muy lejos de la crudeza. Es optimista, vonnegutnesca. Predominan los capítulos —siempre breves, ágiles— con Flea narrando cómo la música le permitió escapar de una vida peligrosamente destinada a la tragedia —hay varias a lo largo del libro—, mientras da cuenta sus escarceos amorosos, sus afinidades formativas, su esencial amistad, «más grande que la vida», con Anthony Kiedis. Y su integración en una comunidad, tan creativa como adicta, sustituta de una familia ausente. La forja de un músico diferente.

White trash, Nancy Isenberg (Capitán Swing, 2020)

Pasamos a los ensayos con un mamotreto que lidia —ahí es nada— con cuatro siglos de «escoria blanca». La tesis, densa pero de gran alcance, de la profesora Nancy Isenberg es tan valiosa y poderosa como dura de tragar para la idiosincrasia estadounidense, pues cuestiona abiertamente uno de sus mitos fundacionales: el de la inexistencia de clases sociales y la posibilidad de que el ciudadano pueda labrarse su propio camino. Nunca ha habido «tierra de las oportunidades», y White Trash lo documenta con pormenorizado detalle. Desde el desembarco del Mayflower hasta ese desastre llamado Donald Trump, las clases siempre han estado presentes. Pobreza, esclavitud, exclusión, vilipendio… Isenberg radiografía un sistema implacable basado en un «tanto tienes tanto vales» exponencialmente creciente y elitista, que desterró —dejó sin tierras—, ha ido estigmatizando —el nombre ha ido cambiando a lo largo de los siglos, nunca la opresión— y criminalizando, también, a la población blanca pobre. Buceando en la política, la economía, la cultura y literatura, los debates identitarios o la eufemística movilidad social de «los chicos de campo», este libro nos brinda una lección de historia en toda regla.

Los sureños no llevan paraguas, Eduardo Izquierdo y Eloy Pérez (Muddy Waters Books, 2020)

Si, en cambio, en este Sant Jordi 2021 no queréis enfrascaros en un volumen demasiado sesudo —o complementar el título anterior con algo más ligero— pero ansiáis adentraros en el Deep South, Muddy Waters Books viene con una obra que hace del sentido del humor su bandera para acercarse a un universo de tópicos, mitos y realidades histórico-sociales. Escrito a cuatro manos por dos periodistas que no han pisado esas tierras —no les compro que eso sea irrelevante, otra cosa es que su loable labor, tono general de la obra y conocimientos, compensen con creces ese debe—, Los sureños… aborda casi todos los temas que uno podría imaginarse: religión, política, música, racismo, armas, sexo, familia, honor y orgullo, historia, gastronomía bueno, cerveza y pollo frito— costumbres, jerga, deportes, celebridades, datos históricos… El compendio es completísimo, pero es el enfoque, irreverente, y de claro menos es más —visible ya desde la misma retranca del subtítulo, Guía práctica para no acabar colgado de un árbol en el viejo y profundo Sur— el que sirve al conjunto para rebajar pretensiones. Y, por ende, posibilitarnos pasar un muy buen rato con su lectura, mientras comprendemos mejor por qué las tierras confederaradas y de Huckleberry Finn —estupendo prólogo de Elliot Murphy— son un lugar tan especial.

Viajes a los confines del mundo, Denis Johnson (Contra, 2020)

Uno de los narradores por excelencia de la aflicción y el desgarro ¿de viaje por el mundo? No exactamente. Es Denis Johnson frente al mundo. Porque este compendio de su labor periodística, inédita en nuestro país —mil gracias, Contra—, es un golpe de realidad, a veces atroz, otras fascinante, retratada por alguien que convirtió el realismo por «el lado oscuro» de la naturaleza humana en varias de las obras literarias más bellas de los últimos cuarenta años. En estos artículos hay política. Bitácora de aventuras. Y, por encima de todo, autoexploración en situaciones límite. Ya sea en su versión escalofriante, caso de las piezas africanas del lote, especialmente «Guerra civil en el infierno» y «El batallón de los niños», abisales reportajes sobre la guerra civil en Liberia que por sí solos justifican el libro. O en su vertiente más amable —sí, hay espacio para el humor—, caso de la subyugadora «Seis veces contra el suelo», excursión marital extrema a las tierras salvajes de Alaska en busca de oro. O sus incursiones en comunidades hippies o de «moteros de Cristo» —en serio—. Estamos leyendo a una persona expuesta en la trinchera. Tratando de poner una suerte de orden a su mirada —y cerebro— ante lo que está viviendo, en busca de trascendencia. Lidiando con la brutalidad o la extrañeza de un planeta trepidante, en el que lo abominable coexiste con lo hermoso. Gigante.

Ganar no es suficiente, Sarunas Jasikevicius (Libros Cúpula, 2021)

Es ley de vida. Te haces mayor, vas perdiendo capacidad de idolatría. Sin embargo, siempre quedan algunas figuras inamovibles en el corazoncito de uno. Para quien escribe, es el caso de Sarunas Jasikevicius, actual entrenador del Barça —en un ansiado regreso a su segundo hogar— y auténtica leyenda del baloncesto europeo. Su autobiografía, pese a quizás lo oportunista de su aparición, se antojaba obligatoria. Y ha sido una grata sorpresa. No tanto por el esperable recorrido a una carrera apabullante, con cuatro Euroligas, un oro en el Europeo de  2003, bronces en los Juegos Olímpicos de 2000 y el Eurobasket 2007, nueve ligas en varios países, y 2 temporadas en la NBA. Sino por las notables revelaciones acerca de su voluntad e idiosincrasia, que salpican su trayecto deportivo-vital. En Ganar no es suficiente, Saras nos habla de crecer y jugar en un país independiente de un día para el otro. De su inmersión, no exenta de reveses, en el American way of life. De relaciones y matrimonios fallidos, o la paternidad. De los entresijos negociando contratos o dentro del vestuario —especialmente la relación con sus entrenadores—. De manejar el éxito, el estatus adquirido o la cercanía de la retirada. En definitiva, una gran historia… de baloncesto y la persona que hay detrás.

Bordados, Marjane Satrapi (Reservoir Books, 2021)

Como dicta la tradición, cierro las sugerencias para este Sant Jordi con un cómic. Además uno muy especial, ya que me permite hablar por primera vez de la aclamada e indispensable Marjane Satrapi. En Bordados, la iraní nos vuelve a trasladar a la era de los ayatolás, esa sociedad herméticamente religiosa que fue su hogar y que tan magistralmente retrata. Pero, esta vez, la acción transcurre alrededor de una mesa, a la hora del té, con mujeres de tres generaciones distintas, que aprovechan la siesta —cuando sus maridos desaparecen del mapa— para dar rienda suelta a sus vivencias conyugales —con mucho de sexuales—. Huelga decir que la publicación de la obra fue todo un escándalo, aunque en estas páginas no se persiga el morbo en absoluto, sino mostrar la realidad y sencillez cotidianas de unas mujeres hablando sin mordazas. Tabúes, matrimonios concertados, virginidad, sumisión, infidelidades, penes, homosexualidad… o la pérdida de la propia voz. Voz que recuperan sin parapetarse en el feminismo, pese a que sus protagonistas sean símbolos del mismo al darle la «vuelta a la tortilla». Se casan por imposición pero, ¿quién ha dicho que necesiten a sus maridos?, ¿o que no intenten tener su propia vida y pensamientos? Fiel reflejo de una cultura opresiva, Satrapi nos muestra sin tapujos de qué hablan las mujeres cuando se sienten libres.

¡Feliz Sant Jordi 2021 y a disfrutar de las lecturas!