Parece increíble, pero ya tenemos aquí otro Sant Jordi… en pandemia. Y aunque la incertidumbre persiste —la luz al final del tunel empieza a ser visible, de verdad— la tradición manda, por lo que llega la hora de traeros las habituales recomendaciones para cualquier tipo de lector. Como hay mucho que destacar, he dividido el «Especial» en dos partes, siendo esta primera dedicada a las propuestas literarias. Sin más demora, aquí van ocho sugerencias para tener un Feliz Día del Libro. ¡A leer tocan!

Delatora, Joyce Carol Oates (Alfaguara, 2021)
Arranco este «Especial Sant Jordi 2021» con dos autoras de armas tomar y dos novelas con bastante en común —no son precisamente libros para votantes de Vox… aunque tampoco es que esos lean demasiado—. Primero, con una de las fijas en las quinielas del Nobel —¿Murakuién?—, que sigue implacable en su aceradísima denuncia contra los males que asolan la sociedad estadounidense. Perversa como es «marca de la casa» Oates, Delatora es un repaso inmisericorde a la institución familiar, la religión, la masculinidad depredadora, el racismo y, sobre todo, la ficticia, recalcitrantemente hipócrita, «normalidad» social, basada en el clasismo y el abuso sistemático del poderoso. Y todo ello a través del estigma de la traidora, una «rata» llamada Violet Rue Kerrigan, cuya vida saltó por los aires a los 12 años, tras confesar que sus salvajes hermanos mataron a un inocente joven negro en un crimen atroz. Su vida tras el repudio del clan es una sucesión hiperbólica de tragos de pura hiel. Una terrorífica disección de la culpa, que también actúa como senda forzosa de aprendizaje e improbable expiación… Porque Violet anhela tanto sobrevivir como ser perdonada. Pese a todo. Joyce Carol Oates es la «soplona» más fiable de los múltiples monstruos ocultos en el armario de su Norteamérica.

El jardín de vidrio, Tatiana Tibuleac (Impedimenta, 2021)
Redoblo la apuesta. Tras el exitazo de El verano que mi madre tuvo los ojos verdes, el regreso de Tatiana Tibuleac era una de las novedades más esperadas de esta primavera. Y El jardín de vidrio no defrauda, una obra brutal que ahonda en temas ya tratados en su primera novela: la identidad, la infancia traumatizada, la maternidad revisitada con inusitada fiereza, o el remordimiento, anclado en nuestra compleja relación con el pasado. Mediante Lastochka, huérfana rescatada del orfanato en años de auténtico plomo en Moldavia —un sistema, fronteras incluidas, derrumbándose—, Tibuleac nos muestra una Chisinau tan multicultural como dickensiana… en su versión más aterradora. Un lugar en el que forjarse un devenir entre dos culturas e idiomas —la niña intenta aprender ruso en detrimento del moldavo… que luego sería rumano—, a pesar de su madre adoptiva, la tiránica anciana Tamara Pavlovna, la violencia, las penurias, la presión que se ejerce contra la mujer o, directamente, el acoso masculino. Una tragedia repleta de dolor y rabia, en la que solo una autora privilegiada, que mira a la tristeza directamente a los ojos, es capaz de hallar la belleza. Y plasmarla con contundencia y embrujo literario.

M.A.S.H., Richard Hooker (La Fuga, 2020)
Un par de clásicos contemporáneos con icónicas adaptaciones cinematográficas para continuar este «Especial Sant Jordi 2021». Es el caso del ácido retrato antibelicista de Richard Hooker, seudónimo del doctor Hiester Richard Homberger Jr., —junto al periodista y escritor W.C. Heinz— y su experiencia como cirujano en el Hospital Quirúrgico Móvil del Ejército durante la Guerra de Corea, que el genial Robert Altman convirtió en oscarizada película y, posteriormente, en una de las series más célebres de la historia. Y es que la materia prima de Hooker daba para mucho. El cinismo y el absurdo convertido en novela, M.A.S.H. es una sucesión de peripecias deslavazadas y rocambolescas, de humor e ironía negrísimas, que reflejan el trastorno permanente de unos tipos sumidos en una de las situaciones más atroces que el ser humano puede vivir: la guerra. Quizás más seca que sus versiones audiovisuales, la humanidad de los indisciplinados y algo cafres capitanes médicos Duke Forrest, Hawkeye Pierce y Trapper John McIntyre, se torna imborrable cuando estos tres insolentes en su «Ciénaga» pasan de los ensordecedores tiempos muertos propios de su labor junto a la primera línea del frente, a lidiar con jornadas eternas y terribles intentando salvar las vidas de críos en el lugar equivocado. Un poco de locura para sobrevivir al horror…

Mystic river, Dennis Lehane (Salamandra, 2021)
Y otro libro imprescindible, ahora del género negro, popularizado gracias a su estupenda adaptación cinematográfica dirigida por Clint Eastwood. Aunque, en realidad, Mystic river sea mucho más que una novela criminal al uso. También es thriller psicológico y relato de un barrio y una comunidad, en la que los personajes son la verdadera ancla y motor de la novela, muy por encima de la trama, la investigación del aberrante asesinato de la joven Katie Markum… Unas pesquisas que muy pronto se revelan como un doloroso reencuentro con el pasado, sus secretos y traumas. Y es que el triángulo protagonista, Jimmy Markum, Sean Devine y Dave Boyle, inseparables amigos en esas calles veinticinco años ha, ahora son, respectivamente, el iracundo hampón del lugar y padre de la víctima; el policía de homicidios responsable del caso; y el principal sospechoso, cuya errática existencia fue arruinada en una aciaga jornada que marcó a los entonces muchachos. Lehane combina magistralmente la tragedia pretérita con la presente, atrapando al lector sin necesidad de fuegos de artificio, apostando valientemente por la introspección, la atmósfera opresiva y la gravitas de unos personajes de dimensiones shakesperianas, a cuestas con la soledad, la culpa y la rabia. Magnífica.

Hamnet, Maggie O’Farrell (Libros del Asteroide, 2021)
Y hablando del inmortal bardo inglés, la siguiente lectura, digamos mi sugerencia de ficción histórica, revisita su biografía. O, para ser precisos, la de su hijo Hamnet Shakespeare, fallecido con tan solo once años en 1596, cuatro antes que el trascendental autor escribiera la que muchos consideran su obra cumbre, de título y trágico protagonista sospechosamente similar al de su malogrado vástago —atentos a la escena de su estreno en la novela—. Y, sobre todo, la de la madre del niño, Agnes —conocida como Anne Hathaway—, un espíritu libre. Y una creación superlativa. Dos vidas que, hasta la fecha, eran poco más que notas al pie en la semblanza del escritor, aquí reducido a «su marido», «el padre», o «el tutor de latín», y que Maggie O’Farrell reinventa para hablarnos de los vínculos humanos, el folclore inglés, y el duelo. Mientras aborda temáticas tipicamente shakesperianas —androginia y lazos familiares, singularmente los gemelos Hamnet y Judith—, la irlandesa reimagina la vida cotidiana y doméstica de la familia, pergeñando una novela asombrosa, tan sensible como devastadora. Entre la investigación exhaustiva y la ficción más onírica. Lo natural y lo sobrenatural. Entre los hechos, la audacia literaria, y el mito. Formidable.

Por qué haría yo, Mary Robison (Malas Tierras, 2021)
Cambio radical de tercio con la propuesta más experimental del lote, cortesía de Malas Tierras —van a salir bastante por la sección esta primavera, preparaos—, la esquiva prosa de Mary Robison y su inusual narradora, la atribulada, sin embargo estoica, Money. Sumida en una suerte de embrollo existencial permanente tras una serie de decisiones harto «dudosas», que provocan una interminable, y no demasiado comprensible, cascada de situaciones a cual más surrealista, amplificada por una cohorte de secundarios —de su gritona jefa a sus vecinos, los insípidos Hollis y Dix, amigo y novio— de lo más disfuncional. Estructurada en escenas breves, fragmentos barthelmicos que van de unas líneas a un puñado de páginas, Por qué haría yo es desconcertante… para bien. Porque entronca admirablemente con la percepción de la existencia como una retahíla de chispazos, con frecuencia grises o anodinos. Notas —ese es el origen de la obra, consecuencia de un persistente bloqueo de la escritora norteamericana— de una novela que pretende reflejar una vida en pedacitos, desmenuzada hasta el esqueleto. Un viaje impresionista, valiumesco, excéntrico, inconexo… y literariamente fascinante.

El día del ajuste, Chuck Palahniuk (Literatura Random House, 2021)
De la lectura más excéntrica a la más transgresora y polémica. Chuck Palahniuk está de vuelta con una sátira tan actual que asusta —asalto al Capitolio incluido—. Ladino pariente cercano de la generacional El club de la lucha, El día del ajuste toma el pulso al presente para burlarse salvajemente de él y ofender a todos. ¿El vehículo para lograrlo? Un enrevesado complot para derrocar al gobierno estadounidense, reorganizando el país en un dislate libertario —la palabra mágica/escudo predilecto del facha hoy—, con etno-estados segregacionistas y pro-violentos como los sumamente descriptivos «Caucasia», «Blacktopia» y «Gaysia», pura irreverencia contra la corrección política. Chuck lleva las cosas lo más lejos posible —la fina linea entre lo osado y lo estúpido también se cruza en alguna ocasión—, y el desorden cronológico y de subtramas no acaba de resultar necesario —¿hay algún propósito mas allá de añadir confusión al caos?—. Pero los momentos de afiladísima brillantez están ahí, implacables, colocando al lector frente al deforme espejo de nuestra propia decadencia social e ideológica, que se suma a las fallas de nuestros quebradizos sistemas políticos. Un grotesco fin del mundo as we know it con el que Palahniuk parece estar muy a gusto…

Lejos del bosque, Chris Offutt (Sajalín, 2021)
Estas recomendaciones no podían completarse sin relatos. Y quien mejor que el gran Chris Offutt, —ya un favorito en solo un par de años—, vía mi querida Sajalín. 120 páginas. Ocho historias de pegada inmediata. Prosa desnuda, al ataque, sin reservas. Lacónica concisión y precisión en el golpeo. Diálogos eléctricos, que aturden como inesperados jabs. Eso es todo lo que necesita Offutt para noquearte con sus tipos solitarios, a la deriva. Asolados por la falta de oportunidades, sus adicciones, la perenne violencia, o su mala cabeza. Cuentos poblados por la «Gente recia» de uno de los relatos, empantanada en la desesperanza y el desarraigo. Expatriados emocionales de un lugar, los Apalaches de Kentucky, que nunca te abandonan aunque hayas intentando huir de ellos. ¿Quedarse y seguir intentándolo, o volver a casa, aunque se sienta como una derrota? Hay algo inmensamente poderoso en historias como «Moscow, Idaho» —¿a nadie más le recuerda al maestro Tobias Wolff?—, en el que dos ex convictos muestran su desamparo fuera de la cárcel. O en la guerra no demasido fría de «Prácticas de tiro», donde padre e hijo viven «en la misma montaña, en crestas opuestas», entalingados en su abandono y sus erráticas elecciones. Es la simbiosis entre perfección estilistica y lucidez de un narrador en estado de gracia, que permite al lector tanto con, en apariencia, tan poco.
La segunda parte de este «Especial Sant Jordi 2021» estará disponible en breve. Permaneced atentos… ¡y leyendo!
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