Justo cuando concluya la este año tardía Semana Santa, llega otra fecha señalada en el calendario, especialmente celebrada en esta sección. Y es que Sant Jordi ya está a la vuelta de la esquina, y como mandan los cánones, aquí traigo el tradicional Especial con catorce estupendas propuestas para todo tipo de lector —música, ensayo, periodismo, cómic y literatura de muy diverso pelado— y estado de ánimo. Así que, sin más dilación, os invitamos a descubrir las siguientes sugerencias. Feliz Día del Libro, ¡a leer tocan!
MÚSICA
Otis Redding: una vida inacabada, Jonathan Gould (Neo Sounds, 2019)
Arrancamos este Especial Sant Jordi con uno de los indiscutibles miembros del «Olimpo del soul», Otis Redding, que, por fin, tiene su biografía en castellano. Y una espléndida, con enjundia y sin miedo a los claroscuros, a la altura de lo que su leyenda merece. Y es que el escritor y músico profesional Jonathan Gould, no ha dudado en arriesgar al rellenar los vacíos existentes —su abrupta muerte en diciembre de 1967, la ausencia de entrevistas e información sobre sus orígenes— en el pasado del gigante de Macon, Georgia, con una escrupulosa contextualización de su vida y carrera, adentrándose en terrenos como el histórico-político, sociológico, y cultural del Sur de los Estados Unidos entre los años cuarenta y sesenta. Así, Gould es capaz de ofrecernos un trabajo en el que las relaciones entre Otis y su manager Phil Walden o el fabuloso guitarrista Steve Cropper pueden analizarse bajo el prisma racial, con sus sospechosas ambivalencias o lacerantes contradicciones. Donde la lucha por los derechos civiles o el flower-power adquieren un componente de supervivencia o comercial —Redding, no fue precisamente un hippie, triunfando en el Festival de Monterrey—. Gould tampoco tiene reparos en apuntar las ambiciones de Otis, atizar a Stax señalando sus limitaciones, o la precipitación con la que sus discos bajo el sello discográfico vieron la luz. Si a eso le añadimos el pormenorizado análisis del cancionero de Redding, tenemos una obra mayúscula, densa y sin miedo a levantar alguna que otra ampolla.
Vida, Keith Richards y James Fox (Libros Cúpula, 2019)
Nueva edición, corregida, revisada y en tapa dura, de las memorias del guitarrista más inmortal del rock —literal y figuradamente— y ocasión ideal para recuperarla. Escrita gracias al lustro de entrevistas mantenidas con el periodista James Fox, Vida hace honor al mefistotélico personaje. El Rolling Stone más deslenguado habla sin tapujos acerca de su dilatadísima carrera musical, pero también como «insigne drogota» —el más ilustre entre quienes quedan en pie—, su infancia o su notablemente tumultuosa vida sentimental. La formidable sinceridad de Richards proporciona al lector momentos jugosísimos. Pasajes que podría haber firmado William Burroughs sobre su permanente y experta intoxicación; constantes pinceladas y puyas sobre la compleja relación con Mick Jagger —hermanos en permanente y acerada disputa—; situaciones extremadamente duras, como la muerte de un hijo o sus serios problemas con la justicia. Cierto, no es exactamente material desconocido. Pero la narración en primera persona, sardónica e impenitente, y la abundancia de páginas, elocuentes y contagiosas, dedicadas a hablar de música —formación como guitarrista, composición, creación de canciones míticas, deudas e influencias, encuentros con otras leyendas— sitúan esta autobiografía entre el exclusivo grupo de las must-read. 500 páginas, cinco décadas de historia … contadas por su superviviente truhán.
LITERATURA
Corazón que ríe, corazón que llora, Maryse Condé (Impedimenta, 2019)
Abrimos la sección literaria de este Especial Sant Jordi sumándonos a la reivindicación de una de las sorpresas agradables —ventas y críticas— de lo que llevamos de año lector, en otro rescate de una de las editoriales más exquisitas de nuestra escena. Las memorias de infancia y adolescencia de la guadalupeña Maryse Condé, ganadora del Premio Nobel alternativo de 2018. Lúcida, transparente, emotiva y aparentemente ligera, Corazón que ríe, corazón que llora aborda el paso de una niña antillana a la edad adulta, entre Pointe-à-Pitre y París, a través de diecisiete capítulos/cuentos —verdaderos, se nos avisa—, descubriendo las complejidades de la amistad, los primeros enamoramientos, así como los choques y contradicciones, especialmente de índole cultural e identitario. Ahí es donde Condé, con pasmosa sencillez y naturalidad, en realidad está planteando intensas, fundamentales, disyuntivas sobre la clase social, el racismo, la alienación colonia-metrópoli o el pasado esclavo, a través del relato de la numerosa familia criolla en la que nació —con especial atención a su madre, personaje central—, privilegiada en el Caribe, exótica en Francia. Y de esa confrontación surgirá una irrevocable toma de conciencia… y una narradora a celebrar.
Gloria Wandrous, John O’Hara (Contra, 2018)
Antes de que el 2018 tocase a su fin, un «viejo amigo» de esta sección volvió a aparecer en las mejores librerías del país. Se trata del no suficientemente reivindicado John O’Hara y Gloria Wandrous —BUtterfield 8 en el original—, su segunda novela y una mirada descarnada, marca de la casa, a la época y la sociedad norteamericana recién sacudida por la Gran Depresión. Saliendo de su ficcional Gibbsville para aterrizar en un Upper East Side en escala de grises —con abundancia de negros— repleto de socialités y aspirantes a celebrity, y armado con un personaje central titular simplemente enorme, un trasunto de flapper empoderada y sexualmente desinhibida, el autor de Pottsville se atreve con todo: clase social y privilegio, raza, sexo, poder, cultura de la violación, una agenda feminista… No es de extrañar que generase enconadas polémicas en el momento de su publicación, ni que más de ochenta años después la novela resulte inusualmente moderna —mucho más que su fallida adaptación cinematográfica, Una mujer marcada, que sin embargo le valió a Elizabeth Taylor su primer Oscar—. La biblioteca O’Hara sigue creciendo —gracias Contra—. Y uno que lo celebra…
El sermón del fuego, Jamie Quatro (Libros del Asteroide, 2019)
Continuamos con la que sería la propuesta más cercana a la literatura romántica de este Especial Sant Jordi… si no fuera por qué ni fondo ni forma encajan con los patrones típicos del género. Arriesgado debut en la novela de la estadounidense Jamie Quatro, en El sermón del fuego se nos retrata una historia de pasión, traición y deseo marcada por la infidelidad de su protagonista Maggie, mujer casada de mediana edad, con el poeta Jamie. Pero este poco prometedor y harto manido punto de partida se transforma en una lectura sugestiva y original gracias a la hábilmente esquiva estructura narrativa propuesta por su autora, quien logra mezclar planos temporales, género epistolar, mensajes, diarios, profusión de diálogos cotidianos, experiencias místicas —por aquí aparecen incluso San Agustín o San Juan de la Cruz—… para crear un interesante juego de espejos en el que los protagonistas se «esconden» y se «encuentran», entre sí y a sí mismos. Lo platónico y lo intelectual, el afecto y el arrebato, los remordimientos religiosos y el deseo, lo terrenal y lo espiritual, en una obra íntimamente intrigante.
Días sin final, Sebastian Barry (Alianza, 2018)
Rescato ahora una novela del año pasado que no podía quedarse en el tintero. Entre el western con reminiscencias a lo Brokeback mountain y la ficción histórica, el reputado escritor irlandés Sebastian Barry nos invita, a través de la inolvidable, inmediatamente empática voz de su protagonista Thomas McNulty, a viajar en el tiempo por unos Estados Unidos pretéritos, «de frontera» y conquista del Oeste. Con las guerras indias y la Guerra de Secesión como penosos trasfondos, el relato de los jóvenes soldados McNulty y John Cole —a la que se añadirá la niña sioux Winona— es bélico —la violencia, soberbiamente descrita, como parte indisociable de la naturaleza humana y de América—, sentimental, familiar y profundamente vital. Días sin final resulta una refrescantemente transgresora y revisionista relectura de la típica novela de soldados, narrada con un potencia inusual, donde el lirismo y la crudeza se maridan. Como si Barry nos dijera que incluso entre el salvajismo, la miseria y la sinrazón pueden hallarse la esperanza y el amor. Una lectura desarmante.
Amor de monstruo, Katherine Dunn (Blackie Books, 2019)
Éxito de ventas, los derechos para su adaptación cinematográfica en manos de Tim Burton, con márchamo de novela de culto, y favorita de nombres-ideales-para-faja como Kurt Cobain o Douglas Coupland… ¿qué tiene Amor de monstruo para suscitar tantos parabienes? La respuesta es un arsenal de argumentos atractivos. Es la historia de un circo ambulante, un freak-show tan entrañable como bizarro. Es un relato familiar, el de los Binewski, un tropel de «fenómenos» de lo más especial, narrado a través de la imperdible voz de la albina jorobada Olympia, una de las hijas Frankensteinizadas por sus progenitores Al y Lil, a la que se le suman algunos elementos externos —el periodista Norval Sanderson, segundo narrador en el último tramo del libro, el demente doctor Phyllis, turbios seguidores del espectáculo itinerante— casi tan perturbadores como ellos. Es un cuento de terror gótico, grotesco y con sombras siniestras en forma de sectas o abusos, en el que, sin embargo, hay espacio para la ternura y el amor, entendido en sus formas más retorcidas y diversas. Es un texto maliciosamente subversivo, en el que lo deforme y aberrante es lo normal y hermoso, motivo de atracción fanática. Podría seguir dando razones, pero la conclusión está clara. Es una lectura perversa, chocante y adictivamente obligatoria.
Caridad, Mark Richard (Dirty Works, 2019)
Hermanado con la recomendación anterior, turno para otro querido «repetidor» de la sección en este Especial Sant Jordi, con el que también asoman —no iban a faltar— los relatos y nuestra venerada editorial negra. Y es que Mark Richard ha regresado con otra colección de historias —tras la muy recomendable El hielo en el fin del mundo— sobre los deformes, desahuciados y menospreciados de esa América «en demolición» que, mediante su prosa, algo así como «realismo sucio expresionista», resulta inesperadamente hermosa. Sublimando y depurando lo mejor de su estilo —diez cuentos en menos de ciento cincuenta páginas—, esto es, mostrando tanto el daño humano y las situaciones aterradoras sin tapujos, pero sin negarles el resquicio de la compunción o la solidaridad humana, Richard vuelve a ofrecernos una conjunto de relatos prácticamente intachable, especialmente aquellos protagonizados por niños, con picos destinados a las mejores antologías de ficción breve estadounidense en títulos como «Pacto entre caballeros», «El día de los caídos» o el absolutamente inmenso «Los pájaros por Navidad». El autor de Luisiana sabe de lo que habla —es un mundo similar al mostrado en Casa de oración nº2, sus memorias—… y lo escribe como muy pocos.
OTROS
Maniobras de evasión, Pedro Mairal (Libros del Asteroide, 2019)
Nadie mejor que la última propuesta de Pedro Mairal, otro «tripletista» en esta sección, para realizar la transición de la literatura al periodismo, el ensayo o la obra directamente incalificable en este Especial Sant Jordi. Porque en Maniobras de evasión el argentino, con la inestimable labor de la periodista y escritora Leila Guerriero, responsable la edición y selección del libro, combina la antología improvisada de relatos, la autobiografía, aunque sea involuntaria, y la crónica periodística. «Cóctel» literario plenamente vivencial, a través de la sucesión de textos, nos habla, con humor y esa naturalidad tan característica de su prosa, de sus experiencias cotidianas, demostrando sus dotes de avezado observador del día a día. A veces no necesita más que chascarrillos graciosamente estirados —por ejemplo, sobre los atributos anatómicos femeninos—; otras apela a lo íntimo e introspectivo; o, en los más destacables del conjunto a mi juicio, versa acerca de los aspectos más mundanos de la escritura y aquello que le rodea, como congresos literarios, apreciaciones sobre las peculiaridades del sector editorial, conferencias y encuentros con otros autores —alguna pullita, también—. La mirada más personal de un estupendo narrador.
Los años del desmadre. Crónicas de los 70, Tom Wolfe (Anagrama, 2018)
Fallecido la primavera del año pasado, Tom Wolfe, uno de los padres del nuevo periodismo, no se iba a quedar sin homenaje en esta sección. Menos aún cuando Anagrama acabó el 2018 reeditando sus dos antologías de artículos más conocidos —no tardaremos en dar cuenta de la otra, Las décadas púrpura—, un compendio de crónicas fundamentales para entender los sesenta y setenta a través de una de las plumas más agudas, eléctricas e irreverentemente preclaras del periodismo norteamericano. Wolfe tiene para todos. La publicidad, la guerra de Vietnam, la moda, la nueva sexualidad, la espiritualidad new age —el «Tercer gran despertar» y los talleres de autorrealización—… Es, como él mismo acuñó en el que sin duda es el texto central de esta selección, «La Década del Yo», en la que la sociedad estadounidense —aunque es fácilmente extensible al mundo occidental— se lanzó sin mesura al cultivo del ego y la vanidad. Una tendencia que, es fácil afirmar, no ha hecho más que exacerbarse en nuestra actual era del selfie, lo que convierte a Wolfe en una especie de visionario, plenamente vigente hoy día. Verborreico, malicioso e hiperagudo, el escritor de Richmond nos brinda aquí un ejercicio magistral de hasta dónde puede llegar la no ficción en manos de un genio del lenguaje, además de proporcionarnos un retrato, de lo más certero —y con hilarante mala baba— de las incoherencias y absurdidades de una clase social acomodada a la conquista de lo cool —lo hipster antes de lo hipster— en un país en convulsión. Siempre indispensable.
Queremos informarle de que mañana seremos asesinados con nuestras familias, Philip Gourevitch (Debate, 2019)
En este 2019 se cumplen veinticinco años de una de los episodios más espeluznantes de la historia reciente: el genocidio de Ruanda, ocurrido entre abril y julio de 1994, en el que 800.000 tutsis —al menos— fueron brutalmente asesinados. Y para no olvidar, jamás, semejante efeméride, Debate reedita el esencial y multipremiado reportaje del periodista y escritor Philip Gourevitch, resultado de las centenares de entrevistas y encuentros mantenidos con víctimas y verdugos de la matanza en sus nueve visitas al país entre 1995 y 1998. ¿Y cómo se aborda el análisis de un —otro— holocausto? Pues rehuyendo del tremendismo o el sentimentalismo, escribiendo con agilidad y perspicacia, exponiendo la cuestión desde sus raíces, y adoptando un enfoque multidisciplinar, buscando las sinergias entre la historia del país, la economía, la estructura social extremadamente desigual —cruel regalo de la época colonial—, la administración política y sus partidos, la terrorífica propaganda o el lamentable papel de la comunidad internacional —más preocupada por sacar tajada vendiendo armas que de acabar con la masacre—, ONU especialmente incluida. Lectura necesaria para combatir la indiferencia, más aún cuando los casos de Sudán o Siria nos recuerdan que seguimos sin aprender la lección…
Creadores de hits, Derek Thompson (Capitán Swing, 2019)
Viralidad. Likes. Visitas. Popularidad. Las palabras mágicas que mueven nuestra era de la distracción digital y venden másters —de esos que Pablo Casado se saca sin ni siquiera asistir— como rosquillas, en busca de la receta infalible que haga que cualquier cosa, producto, película, app, canción o post se convierta en éxito. ¿Qué hay detrás de lo que nos gusta? Eso es lo que investiga Derek Thompson en este revelador ensayo, mitad estudio socio-psicológico, mitad análisis de los llamados mercados culturales y su economía. Y las conclusiones, profusamente documentadas y sustentadas con ejemplos en todo tipo de terrenos culturales, son contundentes. Nada sucede de forma puramente azarosa, nada se vuelve viral por arte de birlibirloque, ni siquiera en las redes. Los fenómenos y debates culturales se fabrican —¿os suena Rosalía? ¿y Venezuela?—, basándose en nuestras mentes neofílicas y neofóbicas, las teorías de comunicación de masas —si algo es popular, genera más popularidad— y las reglas del consumismo capitalista —distribución y escala son claves—. Leer Creadores de hits da un poco de miedo —somos tan títeres que nos cuelan hasta lo de The New Normal— pero para defendernos de los Indas, Villarejos, Ana Rosas o el reguetón, vale la pena adentrarse en este libro y entender cómo se «diseña» la popularidad.
CÓMIC
Soldados de Salamina, Javier Cercas y José Pablo Gil (Reservoir Books, 2019)
Empezamos con las últimas recomendaciones de este Especial Sant Jordi, reservadas al cómic, con la adaptación gráfica de un clásico de la literatura española contemporánea, Soldados de Salamina. Publicada originalmente en 2001, la novela de Javier Cercas —también llevada al cine por David Trueba—, sin duda, una de las obras más aclamadas dentro y fuera de nuestras fronteras en este siglo XXI, adquiere nueva vida de la mano de José Pablo Gil —responsable de trasladar varios ensayos de Paul Preston sobre la Guerra civil española—. Así, la conocida historia sobre el casi fusilamiento del falangista Rafael Sánchez Mazas —escritor, ideólogo de la Falange, e hijo del recientemente fallecido Sánchez Ferlosio— y Miralles, el miliciano republicano que le perdonó, un episodio bélico real del que Cercas oyó hablar gracias a Roberto Bolaño y en la que la propia investigación que provocó el libro se convierte también en material de ficción, es trasladada a la viñeta con notable atención al detalle, permitiendo a personajes secundarios, incluido al propio Cercas en su papel de periodista, ganar mayor presencia. Una sugerente «vuelta de tuerca» a este potente relato sobre nuestra memoria histórica.
Macanudo 13. Todo entra en la imaginación, Liniers (Reservoir Books, 2019)
Y cerramos el Especial Sant Jordi con un «peso pesado» de la historieta, el bonaerense Ricardo Liniers Siri, universalmente conocido como Liniers, continúa con sus macanudas compilaciones de tiras cómicas —aunque encorsetar su obra en el humor es algo injusto—, publicadas regularmente en el diario argentino La Nación desde 2002. En este volumen, nada menos que el treceavo —pequeña medida de la popularidad del autor, nominado a los Premios Eisner—, regresan casi la totalidad del elenco de personajes habituales —¡falta la vaca cinéfila!—: Enriqueta y su osito Madariaga, el monstruo Olga, Conceptual Incomprensible, la aceituna Oliverio, el gato Fellini, los duendes, El Misterioso Hombre de Negro, Cecilio, el personaje que no quiere ser personaje de historieta, el ninja de los 80s, los socarrones pingüinos, o incluso él mismo, transformando en conejo con gafas. Todos, junto a su sencillo pero indisociable, idiosincrático estilo de dibujo —ídem para el color—, y su habilidad para combinar reflexiones sobre nuestra existencia y nuestros comportamientos mundanos con una pizca de ironía punzante y otra de surrealismo, al servicio de un autor capaz de crear auténtica magia en sus viñetas. Cargas de profundidad detrás de una fachada aparentemente naif para el más aventajado discípulo de Quino.
¡Feliz Sant Jordi y a leer todo lo que podáis!
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