Parece que Sam Beam (Iron & Wine) anda cogiéndole el gustillo a aparcar su jugosa evolución como complejo y colorido folclorista en solitario, para compartir protagonismo en discos colaborativos, ya sean fruto de la espontaneidad (su trabajo junto a Ben Bridwell, de The Band of Horses, publicado el año pasado), o más elaborados como el que ahora nos ocupa.

Aunque es Beam el que pone la cuota de atención mediática, no hay que desdeñar ni mucho menos el papel que juega Jesca Hoop, otra singular cantautora con cuatro discos y multitud de colaboraciones en su haber (amén del pedigrí curioso que le da haber hecho de niñera para Tom Waits).

Juntos se han lanzado a diluir sus roles (ni el fan más avezado podría distinguir quién ha compuesto qué) en un repertorio exquisitamente producido por el cada vez más solicitado Tucker Martine (The Decemberists, The Jayhawks, My Morning Jacket…).

“Esta canción es una letra de amor a lanzar madera a la chimenea”, vienen a decir en el tema que da título al álbum. Esa imagen encapsula perfectamente las intenciones musicales del dúo, que nos toma de la mano en un envoltorio cálido, plácido y mayormente acústico (aunque muy rico en matices y con una banda de lujo que incluye al baterista de Wilco, Glenn Kotche). Tan solo Chalk it up to Chi rompe el climax general para dejar que cierta excentricidad saltarina tome el control. Podría resultar estridente, pero al mismo tiempo es muy divertida y pone a prueba la versatilidad de los dos protagonistas.

Las voces de Beam y Hoop empastan y armonizan con tanta naturalidad que hasta se diría que llevan formando pareja artística toda la vida. Ya sea una parada anecdótica en su camino, o el inicio de un proyecto de larga duración, Love Letter for Fire no luce desfavorablemente en la trayectoria de sus autores. Y eso es decir bastante.