Reír con los ojos cerrados

El humor como un blindaje ante la vida. David Trueba hace algo muy parecido a un biopic de Eugenio -mimético David Verdaguer– en Saben Aquell (2023) y puede sorprender que el director haya conseguido hacer un sólido drama sobre el famoso cómico y su característica manera de contar chistes. La película narra las vicisitudes que llevaron al éxito al peculiar humorista, pero incide también en un personaje clave, el de Conchita, la cantante y pareja de Eugenio, interpretada por una magnífica Carolina Yuste. Es Conchita la que sirve de punto de vista al espectador y es ella el corazón y el alma -desgarrada- de la obra.

Trueba nos muestra paso a paso y de forma casi fetichista cómo se crea ese personaje que hemos conocido siempre vestido de negro, con gafas oscuras, fumando sin parar. Y nos dice que ese personaje creado por un joyero es en realidad un parapeto para lidiar con su timidez, para afrontar el miedo escénico y para escapar de la parte trágica que, necesariamente, conlleva siempre la vida. Trueba nos dice que si para Eugenio contar chistes era una válvula de escape, reír con ellos era el alivio de una España convulsa por acontecimientos históricos traumáticos como la muerte de Franco, la transición, y la apertura a lo que antes estaba vetado. Reír para no pensar, en un bar, con el cassette en el coche, en la tele. 

Saben Aquell es también una reflexión sobre el mundo del espectáculo, sobre la vocación artística y sobre las inexplicables causas del éxito. ¿Qué es el talento? ¿Y por qué unos son premiados con el beneplácito del público y otros no? El humor de Eugenio, blanco, sin carga política y evitando los temas controvertidos, era tan cercano como surrealista. Y funcionaba. ¿Dónde está ahora el humor en España? ¿Quién es el nuevo Eugenio que hace reír a una familia entera -desde el abuelo hasta el crío- como lo hacía él?