La montaña rusa de Frank Black y compañia

Se podría decir que los Pixies están en un buen momento de su carrera. Tras unos cuantos discos bastante irregulares, la banda de Boston ha recuperado un poco su talento para hacer buenas canciones en ‘Doggerel’, un último trabajo que, probablemente, sea lo mejor que han hecho varias décadas. Así que su presentación en directo se antojaba de lo más interesante. Y la prueba está en la gran asistencia de público que acudió a su cita en el WiZink de Madrid. Pero lo cierto es que no fue la gran noche que muchos esperábamos. 

Lo primero que no termino de cuajar del todo fue el sonido. Si estabas atrás del todo, como es el caso de un servidor, había una clara falta de potencia. Además, en algunos momentos sonaron algo opacos. Aunque tampoco ayuda que tengas a dos cotorras al lado contándose su vida durante todo el concierto. Y no se puede decir que no le echaran ganas, porque David Lovering aporreó su batería como si fuera su último día encima de un escenario. Además, la guitarra de Joey Santiago chirrió cómo tiene que hacerlo. El que no estuvo tan bien fue Frank Black, que a estas alturas de su carrera le cuesta llegar a la hora de cantar y de meter sus clásicos alaridos. Una carencia que cubrió bien Paz Lenchantin, que la verdad es que hizo que en algunos momentos consiguiéramos olvidarnos de Kim Deal. Y eso no es fácil. 

Con estas pequeñas carencías técnicas tienes que poner toda la carne en el asador con el repertorio. Y ahí es donde Pixies más fallaron. Se podría decir que empezaron bien metiendo clásicos como “Cactus” y “Vamos” nada más empezar. De hecho, “Here Comes Your Man” cayó antes de la primera media hora de concierto. Y luego hubo alguna sorpresa que otra, como “Nimrod’s Son” y “Motorway To Roswell”. Ésta última, de las pocas concesiones a su genial ‘Trompe Le Monde’. Pero más o menos a la mitad de concierto decidieron que era hora de dar protagonismo a su último disco. Y, como ya hemos dicho, no está mal, pero cayeron diez temas seguidos de ese trabajo. Algo que hizo que el espectáculo bajara de intensidad y que apenas destacaran temas como “Vault of Heaven” o “Pagan Man”. 

Tras esta presentación de su último disco, cualquier tema de la primera etapa de la primera etapa de Pixies que cayera, iba a ser recibido como todo un himno. Y el elegido fue “Hey”. A partir de ahí, el concierto subió un buen montón de enteros, ya que se hicieron un tramo final que podríamos calificar de hit tras hit. Temas potentes como “Planet of Sound” o “Debaser”. Además de la dupla formada por “Isla de Encanta” y “Crackity Jones”. Su impresionante versión del “Head On” de The Jesus and Mary Chain -¿mejor que la original?-. O “Wave of Mutilation”, que cayó en sus dos versiones. Y claro, para cerrar, una coreada “Where Is My Mind?” y su bonita cover del “Winterlong” de Neil Young. Lo que hizo que, al final, te fueras a casa con una buena sensación. Pero en realidad no fue todo tan bonito. 

Fotos: Adolfo Añino