La nota de prensa del primer largo de Perapertú, comenta que, hoy en día, es difícil encontrar un disco que sorprenda, hipnotice y ofrezca nuevos matices en cada escucha. Es algo completamente cierto, y también es cierto cuando afirman que el grupo madrileño ha logrado hacer uno de esos discos. Tras un par EPs que les pusieron en el mapa, Perapertú se estrenan en el mundo del largo con un trabajo que, sin dejar de sonar a otras cosas, también les da una personalidad propia. Sus letras, tan extrañas como inquietantes, la voz tan sumamente personal de su cantante, y su afición a utilizar todo tipo de instrumentación, hace de “Miramar” un disco único en el actual panorama del pop español.

Lo primero que destaca de este trabajo, es lo bien que encaja todo. La producción, a cargo de Guille Mostaza (Ellos y Mostaza Gálvez), es rica en matices, y ni falta ni sobra nada. Pero, por supuesto, lo primero son las canciones. Es innegable que su música remite al pop español de los ochenta, y su rollo, tan “arty”, nos recuerda a los grupos más profundos de aquella época. Solo hay que escuchar la genial ‘Cezanne’, que abre el disco de una forma un tanto oscura y dejándonos un cierto sabor a La Dama se Esconde. Aunque ellos citan como influencia a Ciudad Jardín. Pero bueno, influencias aparte, Perapertú dominan con facilidad la fusión de pop, teclados, y oscuridad. Es algo que vuelven a demostrar a lo largo de todo el álbum, y temas tan potentes como ‘En Dakar’, que es todo un hit, o en ‘Dibújalo Antes’.

Miramar” es un álbum de lo más ecléctico, y son muy pocos los estilos que se dejan atrás. Hay post-punk acelerado y potente, como el ‘Pomo de oro’; un instrumental en el que fusionan unos teclados de lo más ambient, con unas guitarras de lo más cálidas (‘Miramar’); temas cercanos a los sonidos más étnicos (‘Mito de Andrade’ e ‘Ínsula Barataria’), y pop en estado puro con estribillos irresistibles, como el de ‘Curare’, donde nos encontramos con una deliciosa voz femenina. Y, por si esto fuera poco, cierran el disco con ‘Amor de Java’, un corte en el que se atreven a meter un saxo de lo más tórrido, y un piano absolutamente jazzy. Todo les sale bien, y hay veces que casi da rabia la perfección sonora que dejan ver en estos 40 minutos de música.

Ojo con Perapertú, que pueden llevarse el título al mejor debut nacional de 2018. Y será totalmente merecido.