8.0
Score

Final Verdict

El álbum de debut de Painted Shrines es el resultado de la unión de dos artistas con un talento inmenso, y que están en uno de sus mejores momentos. Jeremy Earl (Woods) y Glenn Donaldson (The Reds, Pinks & Purples) han fabricado un disco lleno de temas de pop, directos y redondos, que enamoran a la primera escucha. De lo mejor de lo que llevamos de 2021.

Jeremy Earl de Woods, y Glenn Donaldson, de The Skygreen Leopards, y más recientemente,The Reds, Pinks and Purples, son los dos artistas que forman Painted Shrines. Dos músicos que se conocen desde hace una década, pero que hasta 2018 no se animaron a colaborar. Fue en una inspirada semana de ese año, cuando compusieron las canciones de lo que hoy es su álbum de debut. Eso sí, el parón que ha supuesto la pandemia ha sido el detonante final para que se animaran a pulir estos temas y editarlos oficialmente. Y hay que decir que, menos mal, porque hubiera sido un error que se quedaran en el olvido. 

Se podría decir que lo que encontramos aquí es la fusión de los dos proyectos principales de sus autores. Es más, incluso se puede meter en la ecuación algo de esa psicodelia que practicaban The Skygreen Leopards. Esto, unido a que en el bajo tenemos a Jeff Moller de Papercuts, y a que están de los más inspirados, nos deja con uno de los mejores discos de pop de lo que va de año. Bueno, de pop, y algo más, porque también tiene algún toque folk, y alguna guitarra que otra más sucia de lo normal. 

Estamos ante un trabajo sencillo, en el que se ahorran las sorpresas, y en el que gastan todas sus energías en fabricar canciones directas que van al grano. Todo un acierto, porque la voz delicada de Earl se adapta de maravilla a ese lado más indie-pop que tanto le gusta a Donaldson. Lo vemos desde el principio, en la delicada y hermosa “Saturates the Eye, o en las preciosas “Gone” y “Fool”. Pero también en otros cortes bastante más animados, como en esa “Painted Shrines” que les da nombre, o la ultra pegadiza “Not So Bad”. Y ojo que, cantando juntos, son capaces de hacer una joya como “Heaven and Holy”, en la que casi rinden homenaje a esos The Magnetic Fields que disfrutaban del sonido sucio y distorsionado.

Una de las cosas curiosas de este trabajo, es lo bien que han encajado los cinco cortes instrumentales con los que cuenta. De hecho, algunos de ellos, como “Panoramic” y “The Bzc”, donde dejan que la guitarra lleve la voz cantante, son de lo mejor del disco. Y la verdad es que la psicodelia que nos dejan en “Soft Wasp” y “Coast”, también tienen su punto. Además, sirven para dar un poco más de variedad al disco.