Son buenos tiempos para la neo-psicodelia en medio mundo, y la escena musical nacional se está poniendo a la altura de la circunstancia con cada vez más y mejores propuestas de corte lisérgico. La última y dignísima aportación es esta formación de El Garraf, una región cuya combinación de paisajes y talentos bien podría otorgarle el rango de “Joshua Tree de Cataluña”.
Pacosan es un proyecto muy personal de David Paco, Perico Massana y Sergi Marcet, cuya pericia instrumental ya había sido requerida en formaciones como El Petit de Cal Eril, Lions Constelation o Shorebreak.
Su sonido psicodélico les ha servido para tener la responsabilidad de abrir una nueva rama del sello Bankrobber, llamada Brabo, bajo la cual se editarán trabajos “de carácter experimental y abstracto”; aunque siendo justos con Pacosan, el suyo no es un sonido que viva de espaldas a un público más o menos bregado en propuestas al margen del mainstream más descarado. Sus canciones evocan todo tipo de experiencias cósmicas y lisérgicas, sí, pero también son profundamente melódicas y potentes, y siempre cargadas de musicalidad. Vamos, que me resultaría más sencillo venderle este My high a las masas que, por poner ejemplos ilustres, los últimos discos de formaciones como Foxygen o The Flaming Lips.
Desde la contundencia inicial de Jesus al paroxismo percutido de la final Call Butzus, pasando por la concisión synth-pop de She´s the one, o los pasajes etéreos de Golden age, se trata de un debut en el que se nota que la banda se ha dejado llevar por sus apetencias e influencias sin cortapisas de ningún tipo.
Un disco, por tanto, muy variado, bien trabajado y con sonidos que alternan el protagonismo entre las guitarras y un buen arsenal de sintetizadores. La voz mantiene un papel importante y carga el peso melódico de gran parte de las canciones, si bien se presenta casi siempre oculta tras algún efecto (sobre todo el vocoder, que parece ser seña de identidad en estos primeros pasos de la banda).