Ya están aquí los Oscar y como cada año, ofrezco un breve texto sobre las principales candidatas. Mi primera valoración es que la calidad de las nominadas a mejor película en esta edición es más bien escasa. Dicho esto, mi intención es hacer una relación de cada cinta en competición valorándolas según mi criterio, subjetivo, claro está, y ordenándolas de mejor a peor. Pero desde ya os digo que hay cintas que apenas han sido consideradas por la Academia de Hollywood que me parecen mejores que las que compiten a la mejor película. Además, he procurado ‘mojarme’ en las categorías más importantes, intentando anticipar cuáles serán las triunfadoras. Vamos a ello.
Empecemos por Roma, de Alfonso Cuarón. Para mí, la película del año. Un relato íntimo, personal, honesto, salido de la biografía de Cuarón, que se las arregla para retratar un país, una época y de paso homenajear a las mujeres, y todo esto plasmado con un ambicioso planteamiento visual. Técnicamente, esos largos planos secuencia en los que la narración se vale de la profundidad de campo antes que del montaje, son incontestables. Bazin habría sido feliz. Pienso esto, a pesar de algunas voces que, como cada año, se atrincheran en contra de la película ‘favorita’ -nunca mejor dicho este año- colocándola en un bando contrario ficticio, al que oponerse innecesariamente. Roma está nominada a la mejor película y en mi opinión, lo es. Pero siempre puede haber una sorpresa -recordemos La La Land-. El premio a la mejor película extranjera parece asegurado. Cuarón compite como director -debería ganar-, guionista, y director de fotografía. Mencionemos además las candidaturas para las actrices, principal y de reparto, Yalitza Aparicio y Marina de Tavira. Solo la Academia las ha nominado. El film opta también al mejor diseño de producción, y a la edición y mezcla de sonido.
Sigo con la segunda película en el orden de mis preferencias personales, La favorita, una entretenida pero despiadada reflexión sobre el poder, en la Inglaterra del siglo XVIII. El director Yorgos Lanthimos firma su obra más asequible, con un guión a cargo de Deborah Davis y Tony McNamara -pueden ganar- que con un negrísimo sentido del humor se acoplan a la perfección a la mirada cáustica de Lanthimos sobre la Europa actual. El griego también ha decidido limar las aristas de sus técnicas de distanciamiento: aquí, las interpretaciones de unas inspiradas Olivia Colman, Rachel Weisz y Emma Stone nada tienen que ver con el hieratismo de los actores en sus películas anteriores; tampoco recurre a planos aberrantes, y minimiza el uso de la música como elemento de crispación. La favorita está nominada a la mejor película, director, guión original, montaje, diseño de producción, fotografía, diseño de vestuario y actrices de reparto (Weisz y Stone) y principal (Colman), siendo esta última la apuesta más segura. La favorita puede ganar en todas sus categorías, sin que nadie pueda hablar de ‘sorpresa’.
Entre el segundo y el tercer lugar de mi lista, debo decir que hay una distancia considerable. Infiltrado en el KKKlan es un film potente, rabioso, actual, pero desequilibrado e irregular. Encuentro simpático el relato biográfico de ese primer policía de raza negra que consigue luego infiltrarse entre los racistas, pero este decae hacia el final de la película, sobre todo por una planificación poco inspirada por parte de Spike Lee. Me interesan mucho más las digresiones de cine-ensayo en las que Lee denuncia el racismo en la cultura popular, la falta de referentes para los afroamericanos y se ríe con el blaxploitation. Lo mejor, el estremecedor relato de un incidente racista que hace una leyenda viva como Harry Belafonte. Infiltrado en el KKKlan aspira a la mejor película, mejor director, guión adaptado -quizás su mejor opción-, música, montaje y actor de reparto, Adam Driver.
Más o menos a la misma altura está El vicio del poder, en la que el director Adam Mckay repite la jugada de La gran apuesta, retratando, los peores pecados de Estados Unidos. La película convierte en auténticos villanos al que fuera vicepresidente, Dick Cheney, a su mujer o al expresidente George W. Bush. De hecho, me parece que su tono es mucho más serio de lo esperado: es una ‘comedia’ que te congela la risa. La fortaleza de la película son, sin duda, su guión y sus actores. Está nominada a mejor película, director, guión original, actor principal –Christian Bale puede quitarle el Oscar a Rami Malek-, actriz de reparto –Amy Adams– y actor de reparto –Sam Rockwell-; además del maquillaje y la peluquería necesarios para caracterizarlos a todos.
Seguramente no estaréis de acuerdo con la quinta película de mi lista: Black Panther. La enésima cinta de Marvel ha conseguido 6 sorprendentes candidaturas –El caballero oscuro (2008) obtuvo 7- incluyendo mejor película, algo sin precedentes y que la ha convertido en el blanco de los haters. Creo que se odia esta película solo por lo que es, una cinta de superhéroes -además de haber sido producida por Marvel y Disney-. Algo parecido ocurrió el año pasado con el cuestionado Oscar de La forma del agua (2017), cuyo único pecado era ser de género Fantástico. En mi opinión, el film dirigido por Ryan Coogler -que no está nominado- es una estupenda muestra de cine de entretenimiento, que mezcla a los superhéroes con aventuras selváticas exóticas -las imaginativas y coloridas tribus de Wakanda son pura imaginación- y cine de espías a lo James Bond. ¿Por qué no pueden ser estos los elementos de ‘la mejor película’? Tampoco nos engañemos, Black Panther ha llegado hasta aquí por su discurso sobre el racismo, más que pertinente, que convierte al villano –Michael B. Jordan– en prácticamente el protagonista del relato. No hay que menospreciar que estemos ante un producto que propone un héroe afroamericano, orgulloso de sus raíces, que es precisamente lo que pedía Spike Lee en Infiltrado en el KKKlan. En todo caso, la película ha sido considerada sobre todo en las mal llamadas categorías ‘menores’: banda sonora, diseño de producción, diseño de vestuario, sonido, edición de sonido, canción original –All the Stars– y efectos especiales, que puede ser la única estatuilla que se lleve. Para que todo vuelva a la normalidad.
A continuación, tengo que hablar de Green Book, que definiría como la típica película ‘de Oscar’. Impecable en todos sus apartados, no destaca especialmente en ninguno. Aborda una historia real y un tema de calado, como el racismo, pero consigue que salgas de la sala de cine con una sonrisa. En mi opinión, un tema como la discriminación debería remover, no complacer. Las soluciones de la película de Peter Farrelly para que todo acabe bien, me parecen artificiales. Eso sí, Green Book se deja ver de maravilla y sus actores, carismáticos. Viggo Mortensen y Mahershala Ali, nos divierten y nos hacen querer a sus personajes. La cinta compite en las categorías de mejor película, guión original, montaje, actor principal y de reparto, para Mortensen y Ali, respectivamente. Creo que Green Book puede acabar sin ningún premio o ser la gran sorpresa ¿Y si se lleva el Oscar a la mejor película?
Sigo con Ha nacido una estrella, buena ópera prima de Bradley Cooper, que ha recibido numerosas nominaciones en diferentes premios. Eso es todo un éxito, aunque luego la película protagonizada por Lady Gaga no haya conseguido demasiados galardones. Creo que en los Oscar se llevará alguna estatuilla, a la mejor música o canción original, y nada más. Opta a la mejor película, guión adaptado, actor -Cooper-, actriz -Lady Gaga-, actor de reparto –Sam Elliot está fantástico-, fotografía, sonido y canción original: Shallow ha ganado todos los premios posibles.
Por último, para mí, la peor película nominada a la mejor película en estos Oscar es Bohemian Rhapsody. Un mero divertimento, con un guión que huye del conflicto, una planificación torpe -son conocidos los problemas de Bryan Singer durante el rodaje-, y secuencias que se aprovechan del tirón y la popularidad de las canciones de Queen. Que opte a la mejor película me parece un despropósito. También puede llevarse premios al mejor sonido, edición de sonido, y montaje. Ya sabéis cuál es su estatuilla más probable, la de mejor actor para Rami Malek como Freddy Mercury.
Hablo ahora de Cold War, que aparece en tres nominaciones a los Oscar, pero no en la de mejor película, cuando en mi opinión es una cinta mucho más valiosa que la mayoría de las otras candidatas. La película del polaco Pawel Pawlikowski es una arrebatadora historia de amor desencantado, que utiliza como telón de fondo un vertiginoso paseo por la historia reciente de Europa. Está nominada a la mejor película extranjera -perderá con Roma– y además a mejor director y fotografía. En esta última categoría, Lukasz Zal compite directamente con Alfonso Cuarón -director de fotografía de su cinta-. Imposible decir cuál de estas dos maravillosas obras en blanco y negro merece más este premio.
La balada de Buster Scruggs, de los hermanos Coen, es para mí, otra de las grandes películas del año. Producida por Netflix, este estupendo western existencialista, que podría titularse ‘6 formas de morir en el Oeste’, está nominado a mejor guión adaptado -aunque solo uno de sus episodios lo es, All Gold Canyon de Jack London-. También opta al mejor vestuario y a la mejor canción. Poca cosa para un peliculón.
En este punto quiero mencionar dos estupendas cintas que cuentan con tres nominaciones cada una. La primera es ¿Podrás perdonarme algún día?, maravillosa historia basada en hechos reales que habla de Lee Israel, escritora fracasada que decidió dedicarse a la falsificación de cartas de autores famosos. Su inteligente guión adaptado –Nicole Holofcener y Jeff Whitty– ha sido considerado por la Academia, así como los actores que dan vida a dos perdedores inolvidables: me encantaría ver ganar a Melissa McCarthy -pero compite con Colman-. Su compañero de reparto, Richard E. Grant, también opta a un premio, que se puede llevar. La otra cinta es El blues de Beale Street, intensa historia de amor truncada por el racismo, que compite por el mejor guión adaptado –Barry Jenkins, de Moonlight, convierte en cine la novela de James Baldwin-. También opta a la mejor banda sonora la música de Nicholas Britell, que complementa las imágenes del film de una forma sobresaliente. Regina King está nominada a mejor actriz de reparto en la categoría más abierta de estos Oscar. Por cierto, estas dos cintas me han parecido superiores a varias nominadas a ‘mejor película’.
Otra gran obra, El reverendo, solo cuenta con una candidatura, por su guión original. El film es la desoladora historia de un cura -estupendo Ethan Hawke– enfrentado a una crisis de fe, al vacío de la existencia, en una cinta dirigida con rigor y sin concesiones por Paul Schrader, guionista de Taxi Driver (1976). Merecía bastante más atención.
La categoría de mejor película animada contiene auténticas joyas menospreciadas. Empezando por la adorable Isla de perros de Wes Anderson, que también ha sido considerada por su banda sonora, de Alexandre Desplat. Pero la favorita para ganar es otra de superhérores, Spider-Man: Un nuevo Universo, la última palabra sobre un personaje importante en la cultura popular. Me refiero a Peter Parker. Apuntemos también la espectacularidad y el feminismo de Los increíbles 2. Menos redonda, Ralph Rompe Internet demuestra una inesperada madurez al elegir como tema las relaciones tóxicas e incluso el acoso. Lamentablemente no hemos podido ver aún la japonesa Mirai, que se estrena en España el 15 de Marzo.
Roma encabeza las nominadas a la mejor película extranjera, seguida de cerca por Cold War, pero la japonesa Un asunto de familia, de Hirozaku Kore-eda, está a la misma altura cinematográfica que estas, por su sabiduría narrativa y su inmensa humanidad. También compite aquí la notable Cafarnaúm, de Líbano, de calidad innegable, pero demasiado lacrimógena en mi opinión. Por último, la alemana La sombra del pasado (Never Look Away) -nominada también por la fotografía de Caleb Deschanel– se estrena en nuestro país el próximo 12 de Abril.
Luego tenemos a First Man, para mí una buena película, técnicamente sobresaliente, que propone una lectura anti épica de la carrera espacial y que gira en torno al tema recurrente en la corta filmografía de Damien Chazelle –La La Land (2016)-, los sueños, el éxito y el sacrificio para conseguirlo. Está nominada a mejores efectos especiales, diseño de producción, sonido y edición de sonido. La efectiva Un lugar tranquilo consigue una sola candidatura, precisamente por su mayor virtud, el uso narrativo que hace del silencio: compite a la mejor edición de sonido. La extraña, inquietante y original, Border, película sueca, está nominada al mejor maquillaje y peluquería.
Muy interesante visualmente, María, reina de Escocia se vale del personaje histórico para elaborar un emotivo discurso feminista. Pero solo ha conseguido que la Academia la tenga en cuenta por su vestuario, y su maquillaje y peluquería, dos categorías en las que destaca. El regreso de Mary Poppins, se atrevió a competir con la magia de la original -algo imposible- y se conformó con ser un remake del clásico de Disney. Está nominada a mejor banda sonora, vestuario, diseño de producción y canción original. Pero The Place Where Lost Things Go nunca será Supercalifragilísticoespialidoso.
Relegadas a una de mis categorías favoritas, la de los mejores efectos especiales, encuentro dos de las cintas más importantes del año. En serio. Avengers: Infnity War puede ser mejor película de superhéroes que Black Panther -también nominada en esta categoría- y desde luego es más innovadora. El crossover más ambicioso de la historia del cine consigue equilibrar a decenas de personajes y se atreve a darle el protagonismo a un villano, Thanos (Josh Brolin) que podemos calificar de genocida. Ready Player One es la última palabra en cuanto a la nostalgia por la cultura popular de los 80, pero es que además integra los referentes más recientes -va de Pac-Man a Halo– y muestra a un Steven Spielberg en plena forma. Aunque simpática, Han Solo: una historia de Star Wars, es claramente fallida, pero sus efectos especiales tienen un diseño magnífico que no se limita a reciclar elementos de Star Wars. Por último, Christopher Robin es un film extrañísimo, sobre recuperar la ilusión de la infancia, entre la amargura de la madurez y la inocencia infantil. Está nominada por la integración de los personajes animados de Winnie Pooh en un entorno real.
No me ha gustado demasiado Una buena esposa, otro film feminista sobre la mujer de un escritor -fantástico Jonathan Pryce– que acaba de ganar el premio Nobel. Por esta cinta, Glenn Close vuelve a ser considerada como mejor actriz, por un papel que le exige contención, como esa esposa condenada al segundo plano y obligada a ocultar un secreto que es la clave de la historia.
Resulta obligado mencionar la presencia en los Oscar del cortometraje Madre, de nuestro Rodrigo Sorogoyen -director de El reino-. Son 18 minutos de pura angustia, en una idea estupenda que me sirve para recomendar la película danesa The Guilty, que consigue extender la misma premisa hasta conseguir un tenso largometraje.
En el apartado de mejor documental, parece que el favorito es Free Solo, que se estrena en el canal National Geographic el 3 de Marzo. Yo puedo recomendar dos de los documentales candidatos, disponibles en Movistar. RBG es la historia de la juez del Tribunal Supremo, Ruth Bader Ginsburg, un personaje peculiar pero cuya labor ha sido decisiva en numerosas conquistas feministas en la historia reciente de Estados Unidos. Muy interesante. Está nominada también a mejor canción original, por I’ll Fight. Mucho más duro es Los hijos de la Yihad, Of fathers and sons en la que el documentalista Talal Derki se infiltra en territorio talibán para comprobar el fanatismo religioso y el adoctrinamiento en el odio de niños que, constatamos, no tienen ningún futuro en una tierra devastada por la guerra. Tan duro como revelador.
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