Dice AC Newman, líder de The New Pornographers, que para este nuevo trabajo querían fusionar a Sigue Sigue Sputnik con la banda sonora de Xanadu. Quizá está exagerando un poco, pero es verdad que en el sexto trabajo de los canadienses se nota una euforia y un ánimo que se echaba en falta desde su gran álbum de debut. Parecen más felices que nunca, y han transmitido esa felicidad a las trece canciones que forman este “Brill Bruisers”. Como resultado, nos encontramos con el disco más pop de The New Pornographers, un álbum lleno de hits de los que al menos media docena podrían ser singles. No es descabellado decir que estamos ante uno de sus mejores trabajos, casi a la altura de “Mass Romantic” y “Twin Cinema”, sus dos grandes obras.

Los discos de The New Pornographers siempre tienen el aliciente de ver quién compone cada canción o en cuántos temas canta Neko Case –de hecho, si hay una banda a la que se le puede aplicar eso de supergrupo, son ellos–. Además, en este trabajo también colabora Amber Webber (Black Mountain y Lightning Dust), que canta a pachas con Dan BejarBorn With a Sound’, y añade un nuevo sonido a la música de los pornógrafos. De Bejar encontramos otras composiciones en el disco: suyas también son ‘Spidyr’ (una nueva versión de un tema que ya incluyó en un álbum de Swan Lake) y ‘War On The East Coast’, el potente segundo single. Aquí es donde podemos escuchar la influencia de Sigue Sigue Sputnik que comentaba el propio Newman, concretamente en sus guitarras, que tienen ese toque macarra de las de la banda británica. Como dato curioso, la otra canción donde se pueden escuchar esas guitarras es en ‘Born With a Sound’, lo que nos hace pensar que al que le ha dado la perra con Sigue Sigue Sputnik es a Dan Bejar. Pero no nos engañemos, porque en la mayor parte del disco nos encontramos con los New Pornographers de siempre. Para comprobarlo, sólo hay que escuchar el primer single y primer corte del álbum, esa ‘Brill Bruisers’ donde sacan a relucir sus característicos coros y sus cortantes guitarras, sin olvidarse de incluir un gran estribillo. Los estribillos marca de la casa también están presentes en ‘Fantasy Fools’ y ‘Dancehall Domine’, dos de los mejores cortes del álbum.

Que estén un poco más pop que en otras ocasiones hace que nos encontremos con auténticas preciosidades como ‘Champions of Red Wine’ o ‘Marching Orders’, el único corte donde la voz de Neko Case es la protagonista. Este giro hacia el pop hace que los cortes más densos y menos instantáneos se lleven la peor parte. No es que ‘Backstairs’ o ‘Hi-Rise’ sean malos temas, pero sí es cierto que no casan mucho con la línea general alegre que tiene el resto del álbum. Ocurre lo mismo con ‘Wide Eyes’, pero esta es tan bonita que se lo perdonamos.

Sin duda alguna, estamos ante uno de los mejores trabajos de los canadienses, y ante uno de los discos de 2014.