Enfrentarse a un concierto de una estrella como Morrissey es complicado. Él sabe que tiene a sus fans más acérrimos ganados de antemano y que, haga lo que haga, va a salir victorioso del escenario. Lo que parece que no tiene tan claro el de Manchester es que a sus conciertos también asisten personas que, aunque sean seguidores suyos, son críticas con su carrera y que esperan que Mozz cumpla y toque sus grandes canciones. O quizá le da igual y simplemente hace lo que le da la gana y le importa un carajo lo que piense el público que ha pagado un dineral por verle. Y es que en su concierto madrileño, la estrella británica solo brilló en contadas ocasiones. Lo triste es que lo tenía todo a favor para triunfar –buena banda, buen sonido, fantástica voz– y lo desperdició con un repertorio de lo más aburrido.

Resulta curioso, pero la ausencia de telonero nos dejó algunos de los momentos más interesantes de la noche. Morrissey nos obsequió con unos cuantos vídeos de sus artistas favoritos, y en apenas media hora pudimos ver y escuchar canciones de los Ramones, Charles Aznavour o The New York Dolls. Tras el vídeo de las muñecas neoyorquinas, la tela blanca se vino abajo y, puntuales como un reloj, salieron Morrissey y su banda al escenario. Un Mozz simpático saludó al público madrileño y, acto seguido, arrancó con ‘The Queen Is Dead’ y ‘Speedway’, lo que hacía presagiar una noche gloriosa. Pero no fue así; todas las buenas sensaciones que produjo en el público con ese tema de The Smiths y una de sus gemas en solitario se fueron viniendo abajo a medida que las canciones se iban sucediendo. Y es que, no lo vamos a negar, su último trabajo es aburrido y contiene algunas de sus canciones más sosas. Prueba de ello es la sonrojante ‘The Bullfighter Dies’ –dedicada a la “vergüenza de España”, según dijo él–, que fue el primero de los ocho cortes que pudimos escuchar de “World Peace Is None Of Your Business”. De todas formas, algunas de las canciones de ese disco sí funcionaron, como es el caso de ‘Kiss Me A Lot’ o ‘Neal Cassady Drops Dead’, pero nada comparado como cuando se dignó a tocar algún clásico. Incluso la reciente ‘You Have Killed Me’ fue recibida con gran entusiasmo, y eso que tampoco es que esté entre sus mejores canciones.

Lo mejor del concierto vino a partir de ‘Certain People I Know’, que fue el único momento en el que logró encadenar un número considerable de buenas canciones. Y es que tras ese temazo de “Your Arsenal”, pudimos emocionarnos como niños con una increíble ‘Everyday Is Like Sunday’ y acercarnos a los Smiths más oscuros con ‘Meat Is Murder’, en la que Morrissey se pasó toda la parte final de espaldas al público enfrente de su batería. Lástima que tras ella se fuera a los bises con el insulso ‘World Peace Is None Of Your Business’ (además, la parte final la cantó un miembro de su banda en castellano, y quedó un tanto rara).

El bis fue el gran regalo que Morrissey sí hizo a todos sus fans. Con ‘Asleep’, el de Manchester se ganó los aplausos de las casi 5000 personas que abarrotaban el escenario Ring del Barclaycard Center. No contento con eso, se despidió con una oscura y eléctrica ‘How Soon Is Now?’. Dos temas de los Smiths que dejaron al público contento, pero no satisfecho del todo.

Fotos: Adolfo Añino