La ‘fiera’ al desnudo

Ver a una artista de nivel, en las distancias cortas, en la cercanía, y en solitario en una sala pequeña y con excelente acústica como la Costello es un tesoro, un regalo absoluto. Maika Makovski actuaba en el ciclo de conciertos de las bandas más laureado de la escena nacional (Sidonie, L.A, Dinero, Tulsa, Havalina, Pasajero, Mendetz, entre otros), en el décimo aniversario de la sala madrileña. Makovski se transforma en el escenario y sale su talento a raudales, de una manera impactante.

La mallorquina es una artista de raza, posee categoría, tiene clase, sensibilidad y mucha fuerza. Desprende emociones en estado puro. Y en solitario, ya sea al piano o a la guitarra atrapa la esencia de esos lados oscuros del sentir. Pero también la fuerza de vivir, la rabia, el desencanto, y dejando sitio para la alegría y la celebración. Aunque su música tiene mucho de esos devaneos que da la vida. Lenguajes comunes y universales, cómo los desencuentros amorosos (“The Deadly Potion of Passion”) o los giros que da la vida para ubicarte en el mundo. Música de cantina, rock, folk, esencia blues, songwriting del bueno. Todo eso y mucho más discurre en el universo Makovski.

Desde el primer momento, nos atrapó esa Makovski en estado puro, en pleno estado original, al desnudo. Ya fuera al piano, en la más sutil intimidad, nos desarma en piezas como “A dream within a dream”, o en la energía de sencillos como “Language”. Como una mujer orquesta, tocando el bombo y percusiones. Hasta nos canta en macedonio, su padre es de ese país de la Europa del Este, y sin conocer el idioma, canta al beber, con pasión y con vehemencia. Recuerda a Tom Waits en “Body”. O al primer Nick Cave en temas como “Iron Bells”. O apela a PJ Harvey en “Trying to live here”. Pero no se queda ahí. El público hechizado, como el Javier Gallego Carne Cruda.

En directo Makovski nos espolea con maestría, remueve emociones primarias, primero con esa música poderosa, desde la calma o desde la energía, luego con las letras, con esa voz dulce a veces a punto de quebrarse o con la furia dentro.

Makovski es encanto, es fuerza salvaje, cándida y simpática en sus tiernos discursos, con sus anécdotas, en los que fraterniza con la audiencia y desborda humanidad. Anunció disco y gira para 2016. Hizo grande su música, hizo de ese directo, de ese encuentro, una experiencia poderosa y gratificante. Pura fiera, pura vida en estado puro. Maestría de mujer.

Fotos: Alejandro del Estal

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