8.0Score
Final Verdict
El debut de Love, Burns es uno de los grandes discos de indie-pop de lo que llevamos de 2022. Un trabajo que en el que se va al lado más clásico del género, y le da la frescura necesaria para crear un estupendo conjunto de canciones.
Phil Sutton lleva casi tres décadas al servicio del pop. El británico empezó su carrera como miembro fundador de los seminales Comet Gain, para poco tiempo después, formar los estupendos Velocette. Tras esa aventura, se mudó a Nueva York, donde, además de trabajar de bibliotecario, ha tocado en varias formaciones. Entre ellas, Pale Lights, uno de los mejores grupos de indie-pop de los últimos años. Con estas credenciales, es normal que le prestemos especial atención al álbum de debut de Love, Burns, la que podríamos llamar su primera aventura en solitario. Aunque realidad ha contado con la ayuda de Kyle Forester (Crystal Stilts y Purple Mountains), que toca el órgano, el bajo y alguna guitarra, Hampus Öhman Frölund, que toca la batería, y Gary Olson (The Ladybug Transistor), que aparte de producir el disco, también hace los coros y toca alguna trompeta.
‘It Should Have Been Tomorrow’ es una especie de mix con canciones que ha ido sacando en los últimos años junto a otras nuevas composiciones. Lo que, en realidad, hace que funcione muy bien como carta de presentación, ya que esas canciones más antiguas apenas tuvieron distribución. Pero lo bueno es que todas casan a la perfección en su conjunto y hacen que nos encontremos ante una auténtica joya llena de grandes temas del mejor indie-pop.
Estamos ante un álbum que bebe de varias épocas del pop. Sutton maneja de maravilla las influencias de bandas como The Chills o The Go-Betweens, y con ellas consigue hacer unos temas rebosantes de frescura que llenan de sobra el corazón de cualquier amante del pop. Ahí están “Dear Claire” y “Something Good”, en las que se acelera un poco más de lo habitual y se acerca al mejor jangle-pop neozelandés. O “Come in the Spring”, en la que pisa el freno y se va hacia un pop preciosista y más delicado que recuerda una barbaridad al dúo de Brisbane. Una influencia que también resulta evidente en “Wired Eyes”, en la que, eso sí, está más efusivo y entrega un estribillo absolutamente redondo.
Como es lógico, el pop británico también entra en juego en este álbum. Sutton no reniega de sus raíces, y se hace con unos cuantos temas que nos llevan a la Inglaterra de los ochenta y de los primeros años del indie-pop. Es el caso de “Gate and the Ghost”, que es toda una maravilla que bien podría haber firmado Edwyn Collins en los mejores tiempos de Orange Juice. O esa “It’s a Shame” bañada en un teclado que evoca el sonido de Felt. Además de irse hacia una faceta incluso más clásica y dejarnos “Oh My Beloved” y “Drive Down to D.C.”, dos temas en los que se deja llevar por ese pop británico de sabor americano que practicaba Lloyd Cole al principio de su carrera.
Entradas recientes
- Sufjan Stevens comparte «A Running Star» 2023-10-03
- Wild Nothing se acerca a la perfección pop en «Dial Tone» 2023-10-03
- Gruff Rhys anuncia nuevo álbum 2023-10-03
- J, ‘Plena Pausa’ (El ejército rojo, 2023) 2023-10-02
- Cerrar los ojos 2023-10-02