8.0
Score

Final Verdict

Linda Ronstadt enseña su herencia mexicana con orgullo alzando la voz desde la memoria, a partir de un cancionero popular, que, cuando se encuentra con el country y el rock, enriquece esa inmensa banda sonora que conocemos como americana.

Un álbum en el que aparecen nombres tales como Lalo Guerrero, Ry Cooder, Los Cenzontles, Jackson Browne, Dolly Parton, Emmylou Harris David Hidalgo no está de más prestarle atención. Y si la convocante es Linda Ronstadt, los votos se renuevan. El motivo es una grabación, que nació a partir de un libro de recetas “Songs from the Sonoran Borderlands” (2022), cuya autoría comparte con el periodista Lawrence Downes y está ilustrado por Bill Steen. Las páginas y la comida de Sonora, llevaron a la compilación “Feels Like Home. Songs from the Sonoran Borderlands. Linda Ronstadt’s Musical Odyssey”, que también contiene algunas canciones recientes.  

Linda Ronstadt (Tucson, 1946) es desde 2014 miembro del Rock & Roll Hall of Fame y, ese mismo año, se le concede la National Medal of Arts, el mayor reconocimiento civil de Estados Unidos. Durante varias décadas tuvo un fuerte impacto popular. Fue una voz decisiva en los buenos años de Lauren Canyon, cuando la canción de autor viró al folk-country, luego al country rock, más tarde al soft rock, como un nombre indiscutible de esa escena en evolución, cuyo epicentro fue un club, todavía en activo, Troubador en L.A. Y cuando rockanrolleaba lo hacía como la mejor, aquí con Chuck Berry, Keith Richards y el bluesman Robert Cray. En paralelo a todo ello, nunca olvidó sus raíces hispanas, a ambos lados de la frontera, tan agujereada como filtrable, entre Arizona y Sonora, México.

No se corta a la hora de analizar sus raíces latinas y las relaciones de los dos países, que como los malos vecinos, siempre andan a la greña. “Ha habido prejuicios contra México desde que Estados Unidos lo robó en 1846”, determina Ronstadt. “Olvidamos que Arizona, Nuevo México, Utah, California, todos eran partes de México. Es una gran franja de tierra, y los estadounidenses la tomaron injustamente. Entonces, los mexicanos que se quedaron no migraron, la frontera migró”, ha declarado a la revista Esquire.

Toda esta yuxtaposición gastronómica, musical, cultural, política; por tanto, vitalmente humana, se abre paso entre melodías y versos de su infancia, junto con distintas piezas de su extensa discografía, que se incrustan en los escenarios fronterizos en los que vivió. Ronstadt apela a un folleto de su tía, escrito en 1946, “Canciones de Mi Padre: Spanish Folksongs from Southern Arizona”. La vocalista grabó un elepé con un título similar en 1987. En 1990, insiste con “Mas Canciones”.  Entre ambos consigue un nuevo éxito con un álbum de country, “Trio” (1987), junto a Emmylou Harris y Dolly Parton. En 1995, graba Feels Like Home”, otro notable disco de country. La cantante también encuentra espacio para interpretar “El sueño” y la inédita “Canadian Moon”, con su familia y amigos.     

En esta ocasión, la vocalista mezcla piezas en inglés y otras en castellano. En esta ocasión, recupera la delicada “Across the Border” de Bruce Springsteen,  junto a Emmylou Harris, con Neil Young en la armónica; extraída de “Western Wall: The Tucson Sessions”, de la cantante y guitarrista de Alabama. Como “I Never Will Marry”, junto a Dolly Parton, de “Simple Dreams” (1977), que también es el título de sus memorias; y la muy sentida “Piel Canela”, tema romántico que supera etiquetas y géneros de su disco “Frenesi” (1992), ganador de un Grammy, de la docena que atesora la norteamericana.

Lalo Guerrero (1916-2005), viejo amigo de la familia Ronstadt y referente de la música chicana, commueve en “Barrio Viejo” al hablar de las comunidades e identidades perdidas, en “Chavez Ravine” (2005), de Ry Cooder, otro difusor de la música latina. La desazón crece en la balada del reo en la reciente “Palomas que andan volando” de Los Cenzontles y cierran el álbum con la bella rima de “Voy Caminando”, de “American Horizon” (2009), junto al cantante y guitarrista David Hidalgo, de Los Lobos, y el experimentado bluesman Taj Mahal. Antes han interpretado en lengua purépecha “Naninan Upirin”, de “Songs of Wood & Steel” (2008), acompañándose de nuevo de Hidalgo.

Las canciones, escogidas entre la vocalista y su sello, evocan lugares comunes, pero vistos, caminados, llorados, cubiertos de arena y lágrimas, observados desde las entrañas y la piel, no desde el estereotipo. Linda Ronstadt enseña su herencia mexicana con orgullo alzando la voz desde la memoria, a partir de un cancionero popular, que, cuando se encuentra con el country y el rock, enriquece esa inmensa banda sonora que conocemos como americana.