Black Mountain ha dado de sí uno de los árboles genealógicos más lustrosos de los últimos años. Resulta fácil perder la cuenta de la cantidad de buenos discos que han salido tanto de la banda como de otras ramificaciones. Lo que tiene este Spectre es que marca el momento en que Lightning Dust ha dejado de ser un proyecto alternativo de la cantante Amber Webber y el batería Joshua Wells, ya que ambos miembros fundadores de Black Mountain han decidido dejar la formación que aún lidera Stephen McBean para dedicar todas sus energías y su creatividad a esta banda. 

De ahí que, aunque sea el cuarto disco de Lightning Dust, hay algo aquí como de debut, una libertad estilística que imprimen a todas sus composiciones, ahora más profundas y variadas que nunca. Atrás queda los pasajes estrictamente folk que formaron parte de sus primeras grabaciones, para dejar paso a elementos más sombríos y solemnes, probablemente porque ya no sienten la necesidad de establecer diferencias con el trabajo que realizaban para Black Mountain.

Si salen temas como Competitive Depression Joanna Devoted To, que encajarían en el universo progresivo y lisérgico de su anterior banda, bienvenidos sean también. Todo eso convive con piezas de aire más inmediato, casi se podría decir que popero (en la medida que Cat Power o Stevie Nicks son poperas), como Run Away A Pretty Picture. 


En un disco de instrumentación densa, quedan un par de momentos para rescatar la vieja fórmula de Webber a la voz y Wells al piano (Inglorious Flu y More, esta última con el añadido de  violín y chelo), estratégicamente colocados para dejar respirar la secuencia de canciones.

Entre la inspiración en canciones y arreglos, y el arma secreta de la voz de Webber, sin duda en la liga de Beth Gibbons a la hora de conjurar paroxismos, estamos ante una obra más que recomendable y un buen antídoto para quienes aún estén llorando la marcha de estos dos grandes artistas de la formación de Black Mountain.