La cantautora colombo-canadiense por fin ha podido saltar el charco para presentarnos en directo su mundialmente elogiado tercer disco, Miss Colombia (Anti-, 2020), el cual vio la luz al inicio de la pandemia. La gira Florecer nos permitió disfrutar de su “sabro-show” en Valencia, Barcelona, Madrid y San Sebastián. También visitará varias ciudades en Inglaterra, Alemania y Francia, para luego volver a Norteamérica y seguir girando. 

Con un aforo agotado, La Nau se convertió en una sesión terapéutica. Es así como Lido Pimienta describe su puesta en escena. Con total transparencia, rasgo que la caracteriza en todo lo que hace, nos cuenta que cantar le sale más barato que pagar por terapia, y así es como deja salir todo el “drama, caos y confusión” que lleva dentro.

Pasadas las 21h., en un escenario donde la instrumentación estaba ornamentada con flores de vivos colores, se asoma la cantante y productora. A primera vista, nos maravilla con un voluminoso vestido de tul rosa y lila pastel, un camisón de satén de las diseñadoras NorBlack NorWhite y unas botas verdes a contraste. Caminando lentamente, entona dulcemente el tema que abre su último disco, “Para transcribir (SOL)”. 

Seguidamente, empieza a sonar el tambor metálico característico del calipso y que sirve de base para “Te quería”, canción de empoderamiento al dejar de una relación tóxica. Una de sus reflexiones recurrentes, el cuestionamiento al amor romántico. 

Con alta dosis de humor, entre canción y canción, Lido Pimienta fue soltando verdades como puños. Aprovechó la ocasión para mofarse de lo que ella llama la telenovela europea: la monarquía. Muchos chistes sobre los brazos huesudos de Letizia, “sus hijas robóticas” y la relación con su suegra que hicieron reir a toda la sala.

A medida que avanzaba el show, pudimos disfrutar de temas de su segundo disco, La Papessa (Anti-, 2016), ganador del prestigioso premio Polaris Music Prize. También de “Declare Independence”, versión sabrosona del tema de Björk, que hizo el año pasado para conmemorar el mes del orgullo LGBTI+.

En su trabajo hay una fuerte reinvidicación a ser mujer, en apoyar a tus amigas, a no enfrentarnos. Sus seguidora lo saben, y por eso toda la sala vibró y cantó a viva voz letras como “a mi no me cuida la policía, a mi me cuidan mis amigas”.

Con un desparpajo abrumador nos contó sobre ser la primera colombiana y la segunda mujer en la historia en componer una pieza musical para el Ballet de New York. Además, nos aleccionó sobre lo importante que es romper con los cánones de belleza establecidos, porque dice que la industria de la música se escribe con “L” de liposucción.

En escena la acompaña Brandon Valdivia en la percusión, el padre de su segundo hijo, como ella mismo lo presenta. Durante el directo, ella va lanzando las bases y se divierte creando loops con un pedal de voz. Toda una delicia de tejidos orgánicos y electrónicos, donde sonidos del folclore afro-colombiano y el pop se cruzan para crear nuevos ritmos.

Anna Ferrer: esencia folclórica para abrir

La encargada de iniciar la velada fue la menorquina Anna Ferrer con su mezcla de folclor mediterráneo y delicados sonidos electrónicos. Su música es una apuesta glocal con una voz que te abraza.

Anna va cambiando de instrumentos durante su directo, desde las cuerdas hasta la percusión para que su mensaje con base tradicional pero con experimentación llegue a un público que posiblemente no la conocía, pero que se ha quedado con un buen recuerdo a juzgar por los aplausos que recibió.

FOTOS: VERÓNICA ESTRADA