Que Abraham Boba lleva años haciendo buenas canciones es algo que sus tres discos atestiguan. Si a su indiscutible ingenio le unimos el buen hacer de (su compañero en la banda de Nacho Vegas) Luis Rodríguez a la guitarra, la contundente batería de César Verdú (exSchwarz ) y el bajo de Eduardo Baos (Tachenko), nos encontramos con una superbanda de pop, que al alejarse de la magnificencia del género de autor y de la teatralidad y las maneras de crooner que gasta el de Vigo en solitario, hacen sus nuevas composiciones mucho más accesibles al gran público. Sea como fuere, Abraham ha logrado con esta nueva reencarnación el reconocimiento que injustamente le era esquivo.

Cuentan que el nombre de la banda surgió un día en el que el Opel Corsa de Luis Rodríguez le dejó tirado entre León y Benavente. A partir de esa anécdota, la banda surgió de manera natural y las canciones fueron tomando forma poco a poco.

El disco de debut de León Benavente consta de diez temas muy adictivos y con cierto regusto añejo. Canciones que parecen llevar veinte años en un polvoriento baúl y que brillan ahora con el sabor y la cadencia que el tiempo da, y que rememoran a Los Planetas, Flow o La Habitación Roja. Si además el disco cuenta con las colaboraciones de las insignes Irantzu Valencia y Cristina Martínez de El Columpio Asesino, los naipes ya están dispuestos. Vayamos con el argumento de la partida: La pegadiza y cadenciosa “Ánimo, valiente”, el riff de guitarra de ”Estado provisional”, la oscuridad reinante en la letra de “Las ruinas” y la redentora historia de excesos de “El rey Ricardo”, conforman un póker de ases difícilmente superable. ¿Qué diablos?, la jugada es maestra.

Grabado por Oswaldo Terrones en el Red Bull Studio de Madrid, León Benavente (Marxophone, 2013) ha sido mezclado y masterizado en los Estudios Reno por el mítico Luca Petricca.

¡Bien jugado chicos, porque creo que estamos ante la jugada maestra de la temporada! Al menos puedo confesaros que encabezará mis listas.