Música para una revolución interior
El cuarteto León Benavente regresaba un año después a la Joy Eslava, con dos fechas (jueves 4 y sábado 6) y dos aforos completos. Media hora de retraso y la gente comenzaba a silbar. La gente tiene ganas de música con garra, con letras políticas, con rock y ambientes oscuros. Música de tiempos de desilusión y recortes sociales. Suena esa base electrónica. Sale el cuarteto. Y comienzan a arrancar las dos melodías de guitarra de “Década”, ideal para iniciar un concierto. Una canción que se crece con ese mensaje tan actual, de ‘confusión’ (“tienes la sensación de que esto ya no lo puedes parar”). Y un estribillo tan urgente como necesario: “Lo que está claro es que algo tiene que cambiar / O se irá todo a la mierda”. Para que luego digan que el ‘indie’ no se cuestiona políticamente.
Un concierto que empieza así, ya apunta muy arriba. Porque León Benavente cuenta con una colección de canciones redondas, que incitan a la revolución interior (“Ánimo, Valiente”, “Estado Provisional”, “Muy Fuerte”) y a la lucha por la transformación colectiva (“Las Hienas”, “El Rey Ricardo”, “Avanzan las Negociaciones”). Música retrato de una época, música necesaria, reflejo de la intranquilidad, de la necesidad de cambios, de expresar disconformidades (“La ciudad es un verdadero espanto” en “Las Ruinas”). Y un sonido compacto que demuestra el nivelazo del cuarteto formado por Abraham Boba (con su proyecto personal, músico de Nacho Vegas), César Verdú (miembro de Schwarz, fue técnico de sonido en directo de La Buena Vida), Luis Rodríguez (músico de Nacho Vegas) y Edu Baos (músico de Tachenko). Con sólo el EP ‘Todos contra todos’ (Marxophone, 2013), de cuatro temas y el álbum ‘León Benavente’ (Marxophone, 2013), ya son líderes exclusivos en su terreno. Su repertorio recorrió esos dos títulos (excepto “La Gran Desilusión”), al que añadieron una versión de “Cuesta Abajo” de Lorena Álvarez y su Banda Municipal, con el aire de muñeira llevada a su terreno rock sombrío y rabioso.
Y lo bueno acabó en apoteosis con tres bises : “Todos contra todos” como banda sonora al pensamiento de Hobbes (“El hombre es un lobo para el hombre”), como canto exculpatorio, “La palabra” y “Ser Brigada”, con Boba lanzándose al foso a bailar con el público, y esa letra donde ese dúo chico/chica prefiere antes que ser pareja, ser brigada, y con mensajes tan rotundos como “Que se pudra este ramo de rosas / pero no antes que usted señor presidente”
Con un año y medio de gira tras sus espaldas, demostraron de sobra las tablas adquiridas en el recorrido. León Benavente posee un directo poderoso y gozoso. Un directo donde gana la unión, que hace la fuerza, de cuatro piezas fundamentales. Cuatro músicos en estado de gracia, currantes y profesionales, que hacen equipo y suenan monumentales. León Benavente se sitúa desde hace tiempo como una de las bandas con mayor pegada del panorama nacional. Atentos a su segundo disco. El listón está ya muy alto.
Foto: Alejandro del Estal
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