Al finalizar el concierto de Lambchop, mientras la abarrotada sala Joy Eslava iba vaciándose poco a poco, un grupito de jovenzuelos (que no tenían edad para conocer a la banda desde hace mucho) comentaban la jugada. “Han faltado canciones antiguas” decía uno, “ha estado muy bien, hay que saber a lo que se viene” le contestaba otra. Ambos tenían razón.

En su último disco (Flotus) Kurt Wagner ha decidido “actualizar” el sonido del grupo utilizando eso que se está convirtiendo en una auténtica plaga dentro de la música actual: el auto-tune. La jugada no le sale del todo mal ya que los cambios en su discurso musical son más en la forma que en el fondo, siguen sonando a ellos mismos.
En directo prácticamente todos los temas pasan por el filtro (nunca mejor dicho) del aparatito de marras (más alguna percusión electrónica), si a esto le sumamos un setlist muy centrado en el último trabajo no es de extrañar que algunos echen (echemos) de menos cuando Lambchop eran una orquesta de neo country-soul que apenas cabía en el escenario.

Ya tuvimos la ocasión de ver al grupo interpretar sus nuevos temas en el pasado BIME, y la impresión que tuvimos entonces se corrobora tras asistir a su actuación en Madrid: aquel fue un concierto para cubrir el expediente. No solo porque en la capital tocaran más tiempo (algo absolutamente normal al ser un concierto de su propia gira y no una actuación dentro del cartel de un festival) sino por la actitud del señor Wagner. En Bilbao no parecía estar muy cómodo, se mostró esquivo y algo ausente. No es que sea una persona especialmente expresiva, pero en la Joy parecía estar en su salsa. Está claro que lo pasa bien jugueteando con su nuevo cachivache (en algunos de los temas más movidos pudimos verle haciendo algo que podría calificarse como “bailar”) y el resto de la banda (en esta ocasión bajo, batería y teclados) se acopla perfectamente al “nuevo estilo” que impone el jefe. Cabe destacar (sin menospreciar a los demás) al teclista Tony Crow, que además de ser parte muy importante del sonido del grupo en directo es el show man del grupo, y nos hizo sonreír más de una vez con sus comentarios y ocurrencias varias.

No fue un mal concierto en absoluto. El grupo sonó muy bien, la selección de temas a tocar fue bastante coherente (tocaron una versión del “When You Were Mine” de Prince, pero confieso que yo fui incapaz de reconocerla), y el “nuevo sonido” acabó envolviendo y convenciendo al respetable. Aun así cuando Kurt cogía la guitarra y cantaba un poco “normal” parte del público lo agradecía bastante.

Son los nuevos Lambchop y nos gustan, pero tras darse el capricho espero que en el próximo disco el aparatejo de las pelotas brille por su ausencia, lo contrario sería demasiado (ya hay un pueblerino con gorra que hace algo parecido, y bastante castigo es ya como para que ahora todo el mundo quiera imitarlo).

Foto: SON Estrella Galicia