Habiendo casi ocho años de diferencia entre ‘La Polinesia Meridional’ y ‘La gran esfera’, Guille Milkyway ha abandonado poco a poco el pop al que nos tenía acostumbrados para abrazar el dance más bubblegum, algunos toques de trap y EDM; en definitiva un electro-pop refinado con el toque de la casa, que no solo sigue funcionando sino que mejora con el paso del tiempo.

Podría Ser Peor’, nos abre este nuevo trabajo, la canción con la letra más angustiosa y mas bailable del todo el disco y una canción en la que Guille nos demuestra que no va a ser el de antes, que ha venido para dar guerra. ‘‘Nunca nadie pudo volar’, uno de los llenapistas del álbum, que no puede reflejar mejor la intención de echar a volar pero nunca despegar el vuelo, ‘El Momento’, el otro rompepistas del álbum, es un tema redondo con unos sonidos de guitarra a los que Guille no nos tiene acostumbrados, te va atrapando poco a poco y para cuando te das cuenta estas gritando a todo pulmón ‘Era el momento’. En ‘Saturno (Todo vuela)’, Guille rescata a vestigios de La Casa Azul antigua quedando así una buena canción mas continuista en su carrera. En ‘Ivy Mike’, se nos compara a la primera bomba de hidrógeno con el amor, un hit con un toque más RnB y la devastación de un primer amor.

En este álbum vemos el corte de La Casa Azul en cuanto a su estilo más personal y una de las canciones en las que es mas notable es ese cambio es en ‘A T A R A X I A’, una canción muy polarizante con esos ritmos trap y la forma de cantar de Guille, pero a mi punto de vista, es una canción que no para de crecer con las escuchas y se ve apoyado por un videoclip que refuerza más ese ’Haces que pueda inhibir mi flujo neuronal’. En ‘El colapso gravitacional’, Guille continua con este energía y esta fuerza para seguir. En contraposición con este medio tiempo italo-disquero ‘El final del amor eterno’, tiene ese poso de duda, esa perdida de energía sobre si continuar o no, y cuestionándose así y cuestionándonos si es real el amor eterno. Pero la joya del álbum es ‘Gran Esfera’, la canción que cierra el álbum y da esa sensación de paz y tranquilidad al aprender como manejar nuestra Gran Esfera personal.

En definitiva en este trabajo, La Casa Azul consigue enseñarnos su ADN característico e hibridarlo consiguiendo así una especie de super La Casa Azul que nos deja con una muy buena sensación, y ganas de ver como continua evolucionando y desarrollándose.