8.1
Score

Final Verdict

Just Mustard se meten de lleno entre lo mejor del rock actual con ‘Heart Under’, un disco que la banda irlandesa innova sacando todo tipo de sonidos a sus guitarras. Además de dar con una de las mejores colecciones de canciones de lo que llevamos de 2022.

Just Mustard es una de las bandas que más nos han sorprendido este año. Su concierto en Madrid abriendo para Fontaines D.C. nos dejó con la sensación de estar ante una banda con un futuro brillante, y una de las que puede marcar la ruta del rock en los próximos años. Su forma de llevar las guitarras a mundos desconocidos, o poco explorados, hace de este joven grupo irlandés algo digno de ver en directo -ojo, que en otoño vuelven a nuestro país-. Pero no se quedan ahí, porque han conseguido trasladar buena parte de ese sonido a su segundo trabajo. Lo que hace que estemos ante uno de los discos más interesantes de lo que llevamos de 2022.

La nota de prensa de ‘Heart Under’ viene con la coletilla de que Just Mustard querían el oyente se sintiera como si fuera conduciendo por un túnel con las ventanillas bajadas cuando escuchara este trabajo. Y solo podemos decir que lo han logrado. Durante sus 45 minutos han dado con la fusión perfecta de claustrofobia, melodía, e intensidad. De hecho, se han quitado de un plumazo la etiqueta shoegaze que se pusieron con su álbum de debut. Aunque hay que decir que, de vez en cuando, vuelven a ella. Pero lo principal aquí es sacar todo el partido posible a sus guitarras y llevar el noise-rock mucho más allá. Y vaya si lo consiguen.

El disco se abre con “23”, una canción en la que se dejan llevar por un ritmo entrecortado, el cual está bañado por unas guitarras intrigantes, y por la voz, siempre etérea, de Katie Ball. Hasta que todo estalla en un mar de distorsión, claro. Un guion que también siguen en “I Am You”, todo un himno feminista que es una pura barbaridad. Y todo gracias a esa extraña guitarra que va subiendo de intensidad y que casi parece un reactor. Pero ojo, que esta distorsión que tanto les gusta siempre tiene su punto melódico. Aquí no hablamos de ruido sin más, las canciones funcionan muy bien en su conjunto. Como en “Seed”, donde se dejan acompañar por una sección rítmica de lo más potente. O como en “In Shade”, que cuenta con un juego de batería de lo más apabullante.

La banda irlandesa también sabe cuando es necesario acelerar un poco su propuesta y acercarse a sonidos más post-punk –The Cure no los eligieron para abrir su última gira porque sí-. Se les da muy bien convertir su intensidad en oscuridad y entregar un tema como “Early”, donde la batería es más tímida, pero va a toda leche. Una faceta que también aparece en “Mirrors”, en la que, por cierto, podemos escuchar la voz David Noonan, que aquí cuenta con menos protagonismo vocal que en su debut. Aunque eso sí, pare cerrar, prefieren volver a ese lado más reposado y entregar un extraña, pero hipnótica, “Rivers”. Una canción en la que, como no podía ser de otra manera, sacan todo el partido posible a sus guitarras.