Josh Rouse (Nebraska, 1972) editó en 1998 un primer álbum titulado Dressed Up Like Nebraska por el que se le etiquetó entonces como un cantautor pop con raíces folk. Una docena de álbumes después -colaboraciones incluidas como en el álbum Chester (1999) junto con Kurt Wagner de Lambchop– pasó por el Café Berlin en Madrid el pasado miércoles 27 de Noviembre para presentarnos su disco navideño The Holiday Sounds.

A los que las lucecitas y los villancicos nos producen urticaria e indigestión a partes iguales, podíamos haber declinado invitación, previendo una noche de mucha melaza y diabetes. Pero a Rouse se le nota en esa edad madura en la que no tienes gran presión por demostrar nada y en la que la tranquilidad le permite disfrutar haciendo un bonito y cálido concierto pop con guiños al jazz, al folk y a temas anteriores por los que el público llenaba los asientos.

Con un perfecto castellano y una tímida sonrisa abrió el concierto con Mediterraean X-Mas, el primer tema del The Holiday Sounds. El ambiente del Café Berlin, el rojo de los neones y el 1906 de la cerveza le llevó a recomendarnos la serie Babylon Berlin. Para entonces sonaba nítidamente His Majesty Rides.

Josh afinaba su guitarra de tanto en tanto mientras nos contaba cosas como que Salton Sea fue una vez un lugar lujoso lleno de clubs náuticos donde incluso Frank Sinatra pasaba sus vacaciones. Hoy es un secarral olvidado y putrefacto, metáfora de en lo que se convierten algunas relaciones «and it all came clear to me, why my life, just like the Salton Sea».

Se cumplía aquello que había advertido Rouse de que la noche iba a intercalar viejos temas y canciones navideñas, dando paso a aquella preciosa canción que llegó tras su primer viaje a nuestro país allá por 1972 para seguir con New York Holiday, donde muestra su parte más crooner y su gusto por compositores tipo Cole Porter.

La velada continuó con Sunshine y Easy Man. Era casi la noche de Thanksgiving en Estados Unidos, mezcla de pavo y amigos y la ocasión de comprar -y regalar dentro de unas semanas aquí- algo de lo que el merchandising nos ofrecería después.

Sleigh Brother Bill y Carolina nos devolvían a la parte más folk, más de raíces del de Nebraska. Pero Rouse -ayudado por el animado grupo de amigos que estaba de pie en la parte derecha de la sala- quería bailar y que bailáramos, que nos levantáramos de las sillas, que celebráramos, que disfrutáramos. Y lo consiguió en lo que sería el tramo final del concierto con I Will Live On Islands, Come Back (Light Therapy), Red Suit (con guiño a Dylan incluido), Winter in The Hamptons y la maravillosa Slaveship.

La lista de canciones incluía dos temas extra pero Josh Rouse lo había hecho, había conseguido el ambientito festivo, y aunque la hora -y el concierto programado justo después- apretaba los talones, sumó Quiet Town a It’s the Night Time y al ansiado y celebrado Love Vibration final.

Texto: Belen Purroy

Fotos: Adolfo Añino