Dead Parties  es el proyecto musical del australiano afincado en Barcelona Etienne Mamo, y fueron los encargados de telonear a Jacco Gardner el pasado día 30 en la sala El Sol de Madrid.
La música de Dead Parties es un pop-rock de corte clásico que bebe tanto de los grupos de los 60 como de el sonido de guitarras de los grupos americanos (y australianos, claro) de los 90.
Presentaron las canciones de su e.p. «Tribe», y lo cierto es que dejaron un buen sabor de boca a un público que ya estaba más que preparado para recibir al «niño prodigio holandés».

El propio Gardner y los demás miembros de su grupo ejercieron de «pipas», montando y preparando sus instrumentos y equipo, antes de que la música de sitares y guitarras que sonaba por los altavoces de la sala se parase para dar paso a la actuación.
Jacco, con su ya característico sombrero, fue alternando teclados y guitarra (sentado y de pie) rodeado de un guitarrista, bajo, batería y otro teclista.
Y con proyecciones de lo que parecían películas de principios del siglo XX (muy en plan Georges Méliès) comenzó el concierto.

Lo que diferencia al holandés de otros representantes de esa «nueva psicodelia» que está invadiendo la escena «indie» internacional (bandas como Tame Impala o Toy), es que Gardner no suele adentrarse en terrenos demasiado densos que lindan con el rock progresivo o el kraut, si no que se centra en la vertiente más pop de esos ambientes lisérgicos de finales de los 60. Los referentes son claros, el «chamber pop» de bandas como The Zombies o Left Banke y la psicodelia de los Pink Floyd de Syd Barret.

Sonaron casi todos los temas de su, de momento, único disco («Clear The air«, «The Riddle«, «The Ballad Of Little Jane») más uno nuevo incluido en un single de reciente publicación («The End of August«). Cerraron con «Lullaby», que acabó alargándose en una desquiciada jam con efectos de sonido propios de una película de terror incluidos.
El público que abarrotaba la sala, y que había recibido con entusiasmo cada tema, despidió al grupo con una gran ovación.
Apenas unos pocos minutos y vuelta al escenario para un breve bis en el que no faltó la versión del «Aways On My Mind» de Billy Nicholls.
Gardner se despidió prometiendo volver pronto de nuevo a Madrid, y dada la buena acogida que tuvo esa noche creo que es muy probable que cumpla su promesa.

Fotos: Adolfo Añino