A veces hablamos de la diferencia que tienen los discos cuyas canciones surgieron cuando el artista era un perfecto desconocido sin una discográfica que le garantizase un altavoz, respecto a las canciones que hacen esos mismos artistas cuando están recién consagrados y escriben por primera vez pensando en un público que va a estar ahí para escucharles. Con el debut de Inner Tongue se abre una curiosa variante: la de las canciones que son compuestas sin saber si van a poder ser cantadas o no.

Inner Tongue es el nombre de guerra de un músico austriaco que en 2013 fue diagnosticado de una compleja enfermedad en las cuerdas vocales que le dejó prácticamente sin habla y, por supuesto, sin posibilidad alguna de cantar. Mientras buscaba por el mundo la cirugía que mejor se adecuase a su problema, Inner Tongue fue puliendo un mundo musical que, sí, tenía letras y melodías, pero que también era capaz de desarrollar su discurso desde la propia fuerza de la instrumentación y la producción.

Cinco años después, podemos disfrutar de Favours en todo su esplendor, incluyendo la delicada y evocadora voz de su autor, que sin grandes alardes se anima hasta a juguetear con el falsete en algunas de las piezas más sedosas y a emocionarnos sin que se note un exceso de trucos o de procesamientos (ignoro cuánto de lo que escuchamos ha tenido que ser tratado, y por supuesto no sé cómo cantaba el hombre antes de la enfermedad, pero si a los resultados me remito, me atrevería a decir que la recuperación ha sido un éxito).

A pesar de que al final no fue estrictamente necesario, los pasajes instrumentales son de esos que, efectivamente, hablan por sí solos, e incluso en algunos pasajes se permiten justamente reinar a sus anchar generando impresiones cinemáticas de profunda belleza (el tramo final de Somebody knows it, por ejemplo).

Por su inteligente y delicado uso de la electronica sin perder el olfato pop, y por su tendencia a la melancolía, este Favours ha sido comparado con el trabajo de gente como Sohn o James Blake. También encontramos algún trazo de R´n¨B mezclado con soul setentero, en la onda del “Awaken, My Love!” de Childish Gambino. Aunque si tuviera que emparentar a Inner Tongue con algún artista contemporáneo, le situaría bien cerca de Kevin Parker y la más reciente etapa de sus Tame Impala, con quien comparte cierto regusto psicodélico y una inteligente combinación de elementos orgánicos y sintetizadores en la producción.

Ha recuperado el habla, y ahora quiere que seas tú el que la pierdas al escucharle. Le vemos capaz.