El último paso de Rey Villalobos por la península por allá por septiembre no se ha quedado en una simple gira, ya que el norteamericano nos ha dejado como legado un nuevo disco de ocho canciones que hace unas pocas semanas publicaba en nuestro país el pequeño sello donostiarra Moonpalace.

En este nuevo trabajo de HOUSE OF WOLVES nos encontramos a un Villalobos fiel a su estilo y ahondando en ese folk tan bello al que ya nos ha acostumbrado. En él el californiano nos sorprende con esas guitarras de baja fidelidad y de vez en cuando con un más que inspirado piano para crear una hermosa historia en ocho capítulos que preludia una tormenta a la que llegaremos en el último de ellos.

El título del disco está tomado de una de las canciones, quizá la más importante del lote, un poco la que podría ser . Y el disco como conjunto supone uno de los ejercicios más complejos y emocionantes a los que nos hayamos enfrentado en los últimos meses, con todo ese juego de matices que, a fuego lento, van entrando con las escuchas, creando un todo absolutamente estimulante y lleno de paisajes envolventes y de reminiscencias a un universo cada vez más personal y cada vez más exclusivo.

Muchas veces me pregunto cómo un pedazo de artista como Rey Villalobos no está en un sello enorme norteamericano como Sub Pop o Drag City. Supongo que la logística no estará de su parte, y eso es precisamente lo que hace que podamos disfrutarlo en un sello pequeño de aquí y con el tiro siempre acertado como es Moonpalace.