Hot Chip son uno de los máximos exponentes de eso que podríamos llamar «pop electrónico». Y sí, va con comillas, porque la banda británica te hace bailar como nunca en sus conciertos, pero aquí hay mucho más que unos músicos aliándose con sus cacharros electrónicos. Guitarras, baterías, bongos, muchas voces…Encima de un escenario, Hot Chip se convierten en una banda sólida y bien engrasada. Y eso, unido a un cancionero sin fisuras, hace que sus directos se conviertan en algo inolvidable.
Los de Londres llegaron a la sala La Riviera con prácticamente todo agotado, y con un público madrileño dispuesto a darlo todo. Desde los primeros acordes de ‘Huarache Lights‘, aquello se convirtió en una celebración de la música de baile, a la que se unieron hasta los fotógrafos del foso, que se echaban sus bailes mientras disparaban sus cámaras. Porque, además, aunque tocaba presentar las canciones de «A Bath Full Of Ecstasy«, se reservaron los primeros cortes para soltar una pequeña tanda de hits.
Así, tras unas potentes ‘One Life Stand‘ y ‘Night and Day‘, con las que caldearon el ambiente, llegó el tema que da título a su último álbum. Y la verdad es que, aunque bajó un poco el ritmo, fue recibido como un hit más. Además, afortunadamente, se dejaron el autotune en casa. Pero claro, la primera catarsis sonora, y el primer gran momento de comunión con el público, llegó con ‘Flutes‘ y sus coros entrecortados y robóticos. Ahí es cuando realmente se vio lo que podían llegar a hacer en directo. Más que nada, porque no hubo nadie en toda La Riviera que no botara y bailara con sus más de seis minutos de bajones y subidones. Algo de lo que también dieron buena cuenta en ‘Hungry Child‘, en la que sacaron al escenario a la cantante Georgia, que nos deleitó con su poderío vocal entre pianos house. Y es que, Hot Chip siempre han tirado bastante de estos sonidos, por eso no resulta extraño que empalmaran está canción con su clásico ‘And I Was a Boy From School‘, en la que no tuvieron ningún reparo en hacer un homenaje al ‘French Kiss‘ de Lil Louis. Sin orgasmos femeninos de por medio, claro.
Aunque todo el concierto fue lo que podríamos calificar como un «hit tras hit», fue en su tramo final donde desplegaron su artillería más pesada. Porque, tras repasar un par de canciones de su último álbum (impresionante lo bien que suena ‘Positive‘ en directo), llegaron ‘Over and Over‘, ‘Melody of Love‘ y ‘Ready To The Floor‘. Todas fueron recibidas como los hits que son. Incluido ese último single de su nuevo trabajo, que ya se ha convertido en un clásico más de su discografía.
Elegir una balada como ‘Look At Where We Are‘ como primera canción del bis, es una elección extraña, pero habían dejado tan alto el listón con el cierre de la primera parte, que incluso se agradeció un poco de tranquilidad. Además, inmediatamente después, dejaron la electrónica de lado, se agarraron al «guitarra, bajo, batería», y nos dejaron una potente, y muy fiel, versión del ‘Sabotage‘ de los Beastie Boys. La cual, la verdad, tampoco fue mucha sorpresa, porque la llevan tocando toda la gira, pero eso no nos impidió que la disfrutáramos como si en el escenario estuviera la mismísima banda neoyorquina. Eso sí, para cerrar, había que volver a la pista de baile, y para eso nada mejor que ‘I Feel Better‘, que puso el broche de oro a un concierto de diez.
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