Hidalgo se definen a si mismos como una banda de pop rock melancólico e intenso y ciertamente en sus letras y melodías hay cierta oscuridad. Sus canciones tienen un poso de tristeza (atención a títulos como “Malasombra” o “El silencio me devora”) y la intensidad emocional es algo perceptible en La Luna No Está Sola desde la primera escucha. La misma portada y el nombre del disco, tienen un aire de romanticismo que evoca a bandas siniestras de los años ochenta.

La mayor parte de los temas de La Luna No Está Sola rondan los cinco minutos, si bien hay un par de canciones que superan los seis minutos. Esto ayuda a subir la temperatura de esa intensidad emocional que mencionábamos, modelándola con interludios y pasajes umbríos. Evocando entre sus influencias a bandas internacionales como Wilco, Calexico o Band Of Horses (yo incluiría a los nacionales Löbison), Hidalgo es una propuesta sugerente y atrevida, no exenta de cierta teatralidad. A pesar de ese espíritu dramático que sobrevuela la obra, La Luna No Está Sola posee texturas de cierta calidez. Pero no busquéis estribillos pegadizos o melodías sencillas, Hidalgo factura un pop rock atemporal y al margen de modas.

Buena colección de canciones para la puesta de largo de Hidalgo.