This Is How You Smile’ (RVNG, 2019) va a estar sin duda entre los mejores discos del año. Es una maravillosa delicia para fans del folk más ambivalente, con unos paisajes sonoros que quieren abrazar la bossa, la música caribeña, el free jazz o la electrónica más ligera (recordar que ha colaborado con Scott Herren de Prefuse 73 y Savath & Salas, entre otros artistas). Y es que el estadounidense Roberto Carlos Lange, elabora una música con muchas aristas y demuestra su amplitud de mente. Algo innovador que deleita a su cada vez mayor legión de fans. El concierto de Madrid no fue menos con un lleno absoluto.

Interpretó su reciente y fascinante último disco de principio a fin. Acompañado junto a un saxofonista y una violinista / saxofonista. Una combinación muy atmosférica y efectista. Que deslució un poco en Moby Dick. Quizás el repertorio y la aproximación requerían una sala con mayor cercanía o con una sensación amplificara esa música tan íntima, tan sensual y tan sedosa. Me recuerda a un Devendra Banhart pero con un amplio bagaje musical y unas ganas locas de abrirse a muchas sonoridades.

El público estaba entregado desde que sonó la primera nota. A mí me costó entrar en el concierto, eso no quita que me pareciera gozoso escuchar su música. Pero sí es cierto que mis expectativas eran altas. Quizás no conecté porque estaba a la altura del técnico de sonido. Las primeras filas siempre envuelven más. Lange desprende buen rollo, cercanía y pasión. Suena sincero y encantado de compartir su música. Con “Running” anima a participar al público repitiendo el estribillo. Suenan magníficas “Fantasma Vaga” o “Río Nublado”. Con tintes por momentos más libres, en esa dinámica free jazz, o sugerentes atmósferas electrónicas o incluso un poco psicodélicas como en “Seen My Aura”. Y es que tiene algo de espiritual que te genera buen rollo, te reconecta contigo mismo y con el universo. Y Lange sigue creando buena atmósfera, “Todo lo que me falta es tú”.

Termina de tocar las 12 canciones que componen este fantástico disco y aborda canciones de ‘Private Enegy’ (2016). Otro disco con buena onda. Quizás con sonidos más experimentales. Y yo me alejo aún más. No me he metido en el concierto. No he conectado, pese a las buenas vibras que transmiten los músicos. Me faltaba algo. Pero reconozco la honestidad y la calidad de la propuesta. Espero que la próxima vez toque en un recinto que permita más aún esa cercanía, y promueva más que el clima se expanda ¿Helado Negro en teatro o en alfombra?