El cantante y guitarrista Brian J. Sulpizio, lleva desde 2003 publicando música bajo el nombre de Health&Beauty, si bien no siempre contó con la estabilidad que le proporciona la formación que le acompaña en la actualidad, establecida desde el 2012 y compuesta por el batería Frank Rosaly (curtido sobre todo en la música experimental y en el jazz más atrevido) y el pianista Ben Boye (a quien verán en los créditos de grabaciones de Angel Olsen y Will Oldham, entre muchos otros). Con la ayuda de alguna aportación adicional, este trío es capaz de volar y generar una música donde caben tanto el rock, el blues y el country más o menos convencional, como los viajes músico-siderales propios de la psicodelia o del jazz. No en vano, Ryley Walker, otro explorador sonoro al que últimamente le ha ido muy bien, acudió a ellos como banda de acompañamiento en su fantástico “Primrose Green”.
“No scare” es su sexto disco en estudio, el primero que se beneficia de la proyección que proporciona un “gran pequeño sello” como Wichita, y nos ofrece siete canciones que encierran mundos enteros. Pese a parecer que la banda se deja llevar por la improvisación, su relajación formal es producto de mucho darle la vueltas a la cabeza para escoger en qué momentos conviene poner el freno de mano y ceñirse al arreglo ideal para cada ocasión.
El “tour de force” de los ocho minutos de ‘I´m Yr Baby (For Aaron Swartz)’, con su pedal steel, y con su diálogo entre acústicas arpegiadas y agresivas distorsiones se antoja como una versión libre de lo que ahora entendemos como americana o country alternativo, como una mezcla entre el Neil Young de “Harvest” y el de “Ragged Glory”; mientras que piezas como ‘Back to the Place’, ‘Wartime’, o ‘Riverside Cemetery’, con sus súbitos cambios de ritmo, sus grooves enrevesados, y sus melodías excéntricas podrían parecer parientes rockeros de los mejores experimentos de Dirty Projectors o Sufjan Stevens (cuya voz no está tan alejada de la de Sulpizio, sobre todo en temas como ‘Asunción & Dayanara’).