Si alguien empieza su concierto con una versión del «Statetrooper» de Springsteen tiene mi simpatía, si además no sale mal parado del asunto tiene mi atención. Y toda mi atención tuvo Manuel Agnelli (cantante y líder de los italianos Afterhours). Tras interpretar él solo con la acústica dicha versión se le unió Rodrigo D’Erasmo, violinista brasileño residente en Italia y componente también de Afterhours. Y entre los dos (con alguno de ellos a los teclados de vez en cuando) desgranaron un pequeño repertorio en el que combinaron temas propios (cantados en inglés o en italiano) y alguna versión (además del tema del «boss» también se atrevieron con «Lilac Wine», tema que popularizó Jeff Buckley aunque la suya era también una versión). La potente voz de Agnelli acompañada de la guitarra acústica y el violín resultó ser un autentico regalo, y no solo algo que hay que aguantar antes de que aparezca el protagonista de la noche (eso ocurre más veces de las que serían deseables).
Tras una ovación de despedida a ambos músicos y una pequeña espera llegó el turno del señor Dulli.

Decir que Greg Dulli tocó en acústico sería bastante engañoso e inexacto. Él tocó una guitarra acústica (salvo las contadas veces que se sentó al teclado), pero el concierto estuvo lleno de electricidad (tanto metafórica como literalmente). Parte de esa electricidad fue mérito de Dave Rosser, guitarrista que ha trabajado con Dulli en todos sus proyectos y al que también hemos podido ver en escenarios españoles acompañando a Mark Lanegan. Además de Rosser a la guitarra eléctrica, acompañaron a Dulli el madrileño Jorge Sierrra al bajo, y Agnelli y D’Erasmo entrando y saliendo para encargarse de los teclados y el violín respectivamente.

Lo de Greg y compañía fue toda una lección de saber estar encima de un escenario. A las tablas de alguien que lleva casi treinta años en el mundo de la música se le une (al menos aparentemente) una energía y unas ganas que no todos los “veteranos” poseen. Tampoco hay que dejar de mencionar una química más que notoria entre los músicos, y por supuesto un “cancionero” a prueba de bombas.

El concierto empezó con “If I were going” de los Afghan Whigs, pero como no podía ser de otra manera tampoco faltaron temas de Twilight Singers (“Papillon”, “Martin Eden”, “Number Nine”), un recuerdo a Gutter Twins (“The Body”), alguna versión (“Please Stay” de Marvin Gaye, “My Funny Valentine”), incluso un tema nuevo que seguramente formará parte del nuevo álbum de los Afghan Whigs anunciado para este 2016 (“Demon In Profile”).

Dulli parece disfrutar (y mucho) de estos conciertos en los que revisita parte del repertorio que ha creado con sus distintas bandas, y es algo que sabe transmitir al público. Un público que en Madrid le recibió con entusiasmo, y que salió satisfecho tras una velada en compañía de algunas de las canciones favoritas (propias y ajenas) del de Ohio.

“Modern Love” de David Bowie fue el tema elegido para despedirse acompañado solo de su guitarra acústica. Un gran final para una gran noche.

Foto: Jackster (Solo-Rock)