Georgia Barnes ha crecido entre cachivaches electrónicos, cajas de ritmos y sintetizadores. Hija de una de las mitades del dúo de los noventa Letfield, la artista británica ha confesado más de una vez que, de pequeña, su habitación, también le servía de estudio a su padre. Por eso, no resulta extraño que, en su segundo trabajo, cambie totalmente de tercio y se vaya hacia terrenos más bailables. Eso sí, en lugar de fijarse en los años en los que su padre se convirtió en una de las figuras clave de la música electrónica, se ha decantado por los ochenta. Y la verdad es que, los resultados, son muy satisfactorios.

Una parte de “Seeking Thrills” entra directamente en la faceta de la música dance más triste y melancólica; esa que practican artistas como Robyn o Chvrches. Tres de los singles del álbum se adentran en esos sonidos. Ahí está ‘About Work The Dancefloor’, que casi podría ser su ‘Dancing On My Own’. O ‘Never Let You Go’, un corte más acelerado que, curiosamente, aparece en dos versiones diferentes: la electrónica y la rock. Y luego tenemos la deliciosa ’24 Hours’, donde vuelve a hacernos bailar con tristeza. Más centrada en el house está en ‘The Thrill’, un corte absolutamente ochentero, en el que se acerca al dance que se hacía en Norteamérica en aquella época.

Estamos ante un disco bastante ecléctico. La artista británica no tiene ganas de casarse con ningún estilo, y por aquí hay sonidos muy diferentes. Tenemos acercamientos al hip-hop y el urban en ‘Mellow’, donde aparece como invitada la rapera Shygirl, y en ‘Ray Guns’; electrónica más coquetona y cálida en ‘Started Out’, o algo de suciedad, y un acercamiento a los noventa, en ‘Feel It’. Y por si esto fuera poco, sabe cómo hacer baladas interesantes. Porque, tanto ‘Till I Own It’, como ‘I Can’t Wait’, funcionan bastante bien. Sobre todo la primera, que es una delicia en la que se acerca a un R&B de lo más sedoso y sintético.

Georgia le ha sentado muy bien el cambio radical que ha dado en este trabajo, que nos descubre a una artista capaz de hacer hits de pop electrónico sin fisuras, y de moverse por estilos muy diferentes con bastante soltura.