“En el principio era el cuerpo y la sensación que la mujer tenía de su cuerpo, la alegría de su ligereza y libertad. Entonces llegó la injusticia y era tan afilada que el cuerpo la sentía. La injusticia priva al cuerpo de su movilidad, cancela todo movimiento y lo aprisiona. Es necesario que revuelvas tu cuerpo contra la injusticia, que movilices cada una de sus células en la guerra contra el patriarcado y la humillación, y que digas al mundo:

¡Nuestro dios es mujer!
¡Nuestra misión es protestar!
¡Nuestras armas son nuestros pechos desnudos!
Así nace Femen y comienza el sextremismo”

Así se inicia Femen. En el principio era el Cuerpo, toda una declaración de intenciones que nos trae la historia del comienzo del grupo “sextremista” Femen. En este libro, que nos llega de la mano de la siempre inquieta editorial Malpaso, se recogen todas sus dudas, opiniones, debates internos y, sobre todo, las motivaciones que les llevan a destaparse —literalmente— y luchar contra lo que consideran el poder patriarcal, capitalista y represivo, imperante en el mundo. Ellas lo exponen sin ambages: sus pechos son sus armas de combate. Y no tienen miedo alguno a la confrontación. Riot grrrls con todas las de la ley.

Es posible que varias dudas os asalten al pensar en Femen. Por ejemplo, ¿qué llevó a sus fundadoras, Anna Hutsol, Inna Shevchenko, Oksana Shachko y Sasha Shevchenko a iniciar un movimiento de acción directa? Nada hacía pensar que lo que comenzó siendo un simple grupo de estudio, denominado Nueva Ética —donde se leía a pensadores como Marx, Engels, Lenin y August Bebel, quien con su ensayo La Mujer y el Socialismo las marcó profundamente— acabaría siendo toda una organización de ámbito internacional. Así, con las ideas de Bebel como referente, decidieron crear un movimiento feminista de protesta contra la corrupción, la indústria del sexo y la prostitución en Ucrania. A raíz de sus primeras acciones reivindicativas y sus repercusiones sociales y mediáticas, sus posiciones se fueron extremando. Del anhelo de crear una red de “amazonas combativas”, mujeres libres, fuertes y deseosas de acabar con la opresión del patriarcado, las dictaduras y la religión nació el sextremismo, entendido como la oposición frontal a la sociedad machista.

Aunque sus inicios se enmarcan en acciones llevadas a cabo en Kiev, como por ejemplo el flashmob para protestar contra los cortes de agua caliente o sus múltiples acciones contra la prostitución, su mayor repercusión llegó con las protestas llevadas a cabo durante la Eurocopa de 2012, considerada por las miembros de Femen como el escenario perfecto para hacer campaña contra el turismo sexual, la prostitución y la corrupción imperante —recomendamos ver el documental Ukraine is Not a Brothel, de la directora australiana Kittti Green, filmado en aquella época—. Con un número creciente de simpatizantes y ansiosas por expandirse internacionalmente, la detención de Shevchenko durante la tala de un crucifijo ortodoxo en apoyo al juicio contra las Pussy Riot -de las que también se ocupó Malpaso y reseñamos en Indienauta- y su forzosa huida a París, precipitó la creación de un centro de reclutamiento y entrenamiento de activistas. Desde éste se han lanzado, entre otras acciones, la protesta contra la ley del aborto del —afortunadamente— ex-ministro Gallardón al grito de “¡aborto es sagrado!“, que descolocó por completo a sus señorías del Congreso de los Diputados. De este modo, Femen “se hizo” internacional.

Pero seguramente la pregunta principal sea ¿por qué desnudas? Al leer el libro entenderéis perfectamente que todo en Femen está pensado y estudiado. Sus actuaciones se preparan meticulosamente, todo debe ser rápido, sencillo y directo, una explosión que descoloque a los presentes, logre difundir sus ideas, remueva conciencias y al mismo tiempo no sean encarceladas por el camino —tenemos una buena descripción del comportamiento de algunas policías europeas ya que la mayoría de sus integrantes han pasado diversas veces por comisaría—. No son mujeres que corren locas y desnudas por el mundo por puro exhibicionismo —no se trata de vender discos, vamos—. Para sus integrantes, no hay mejor manera de enfrentarse ante los despropósitos del mundo, que escribiendo encima de su propio cuerpo, porque para las Femen, las mujeres nunca han sido dueñas de su cuerpo. No estaría nada mal que alguna de las “divas del pop” —me viene a la mente otra palabra— aprendiera algo de ellas.

En definitiva, se puede estar más o menos de acuerdo con ellas, con su lucha, con los fundamentos ideológicos que las sustentan y sobre todo con sus métodos, sin duda el punto más complicado de entender. Pero leyendo este libro resulta casi imposible no acabar empatizando con ellas, con su capacidad de sobreponerse a situaciones límites, al sufrimiento, a ser ridiculizadas y perseguidas una y otra vez y, por encima de todo, con el hecho de que, hasta la fecha, no se hayan dado por vencidas. Sin duda, Femen. En el principio era el Cuerpo es una gran introducción para conocer a fondo uno de los movimientos feministas más singulares, polémicos y valientes de los últimos años.