Con su álbum de debut, los sevillanos Escuelas Pías demostraron que eran capaces de sacarse de la manga algunas de las mejores melodías de pop ensoñador que se han escuchado por aquí. Algo que, junto a una lógica evolución, también se pudo apreciar en los dos EPs que editaron posteriormente. Su forma de fusionar paisajes sonoros propios del dream-pop, con los sonidos más sintéticos y las cajas de ritmos, ha hecho que pasen de ser una de las grandes a promesas del pop nacional actual, a ser una de las grandes realidades. Su segundo así largo lo confirma.

Los ingredientes de “Música ligera para un funeral” son los mismos que han empleado a lo largo de su corta carrera, pero, una vez más, hay una evolución respecto a sus anteriores trabajos. Ahora, las guitarras rugen un poco más que antes, y esa distorsión le viene muy bien a su mundo sintético. Solo hay que escuchar un corte tan potente como ‘Agujero negro’, donde su synth-pop se vuelve oscuro y bailable, y donde entra una guitarra de lo más sucia. O la maravillosa ‘Ultima estación’, una canción mucho más rock de lo habitual, pero igual de efectiva que el resto de su discografía. Una línea que también siguen en ‘Me muevo’ y en ‘Qué quieres hacer’, donde se dejan llevar por esa pasión por New Order y The Cure que tan buenos resultados les ha dado en el pasado.

Su lado más electrónico está representado muy bien en ‘La carrera espacial’ y ‘El último hombre en la tierra’, dos temas muy diferentes, pero compatibles dentro su faceta más sintética. En la primera, se dejan llevar por un mundo más melancólico y pop, y consiguen dar con una de esas canciones que se te meten dentro a la primera escucha. Sin embargo, en la segunda, empiezan un poco más minimalistas (casi parecen Kraftwert), para lanzarse en el estribillo hacia las guitarras potentes y hacia épica ensoñadora. Algo que también aparece en su lado más shoegaze y reposado; el que se deja ver en canciones como ‘Carrie Page’ y ‘Galletas de la suerte’, otros dos cortes en los que no defraudan.

Música ligera para un funeral” es un trabajo más completo que su debut, en el que no pierden su talento para crear fríos temas de pop electrónico y ensoñador, y en el que se van un poco más allá metiéndose, acertadamente, en otros terrenos. De lo mejor de la cosecha española de este 2018 que está a punto de terminar.