“La masa individualizada y cambiante de todos los demás sería una pantalla, distribuida por toda la ciudad, sobre la cual él proyectaría la película de su imaginación ininterrumpida. Debido a que él parecía y podía fingir que lo era, pero nunca fue parte de esa masa» – Tapei, Tao Lin.
Ives Sepúlveda es la mente detrás de The Holydrug Couple. Es un personaje categórico, de opiniones transparentes. Sin embargo, como un caleidoscopio, su espectro musical y de influencias es amplio y colorido. Siempre trata de escapar de lo convencional. Manuel, aunque no participa activamente en el acto de crear en el estudio, es un socio omnipresente. Uno que lee la mente de Ives y traduce esas ideas en directo.
He conversado con Ives antes de su show en Barcelona el pasado viernes 27 de Septiembre en la Sala Upload (puedes leer la crónica aquí). Hemos hablado de música, su opinión sobre la psicodelia como “una moda que pasó de moda”, Internet, su autor favorito y qué novela lo haría volver a la ficción. Bienvenidos al mundo de The Holydrug Couple.
Según varios críticos, el álbum Hyper Super Mega es el “álbum definitivo” de la banda, ¿Qué diferencia a este disco de los anteriores?
No es que sea diferente sino que junta las ideas de los anteriores. Creo que concluye –desde mi punto de vista– la ideas planteadas en Moonlust y Noctuary. Por ejemplo, Moonlust, es más sintetizadores y más canción, mientras que Noctuary es un poco más desordenado. Hyper Super Mega, junta esas ideas y, al mismo tiempo, presenta cosas más complejas. En general, tiene elementos que están presentes en todos los discos anteriores. Tiene esa cualidad.
¿Hay más brillo, más claridad porque el estado mental de la banda es menos “lánguido”, o se trata, más bien, de una redirección musical?
Creo que hay mayor control en todo: en la producción, en la composición. Si el disco fuera un libro, cada canción sería un capítulo distinto. No hay ninguna canción hermanada con otra. Todas plantean ideas diferentes… ¿Cuál era la pregunta? (risas) ¡Ah, lo de los géneros! No, no creo. Un día me da por oír una cosa, y al otro día me da por oír otra. Puedo pasar dos meses súper metido con la música brasileña y después vuelvo a oír Krautrock, después no escucho nada, después voy y descubro algo nuevo. Así son los discos. Siempre voy haciendo cosas distintas.
¿Y cómo es el proceso de componer? ¿Te sientas un día a escribir o vas pensando y reuniendo ideas durante la gira?
Antes componía más. Todos los días. Ahora estoy intentando hacer justo lo contrario. No hacer nada y cuando llegue el momento que esté todo como listo, como “guardado”, no sé si se entiende. Ahora creo que es mejor hacerlo todo al tiro (de una vez), pero hacerlo bien.
Tengo cientos de demos. Cosas de un minuto, de segundos. Me siento, los busco y digo: ¡Ah, esto me gusta, ésto lo puedo usar!, lo termino y veo cómo queda. Después, cuando tengo varias canciones, pienso: “Quizás me falta una que sea sólo instrumental”, y la escribo, o voy y busco otro demo. Pero, últimamente, ya no he estado haciendo eso. Más bien estoy pensando en sentarme un día y hacerlo todo de una vez.
¿Y qué tal te ha ido? ¿Ya lo has intentado? (risas)
(Risas) No, no, todavía no lo intento. Al final es otra manera de trabajar. Por ejemplo, Moonlust es eso, una idea que más o menos se repite. Lo encuentro simple. Cuando compones escribiendo, con un instrumento, la línea de tiempo funciona distinto en tu cabeza. Tienes que recordar lo que hiciste antes, investigar, ver lo que harás después. No sé, me gustaría más hacer eso.
Con la llegada de Moonlust se habló del álbum“en el que suenan más como banda a pesar de ser 100% electrónico”: ¿Qué hace a The Holydrug Couple ser más banda? ¿El show en directo, el concepto detrás de un álbum?
Es que hay varios The Holydrug Couple. Está el que ves en directo. En estudio no trabajamos juntos, pero igual del estudio salen cosas que son del directo. Nosotros, generalmente, no ensayamos mucho. Sólo nos juntamos para tocar en vivo. Así que va cambiando de a poco. Después en el disco las canciones son de una manera y en directo las tocamos distinto.
¿Es decir que ese concepto de pareja (couple), en realidad eres sólo tú, como la cabeza detrás del proyecto, aunque en directo la batería es un elemento importante?
Manuel no necesariamente tiene que participar musicalmente. Es bueno tener como un socio, ¿cachai? No sería lo mismo si fuera un proyecto en solitario, donde yo hago todo. Siento que no tendría de donde cogerme. En cambio, con alguien más, igual tengo como un molde. Es un poco abstracto el molde pero funciona de alguna manera.
Bueno, pero podríamos decir que ese molde es ese alguien que está allí contigo en directo…
Pero no sólo en el directo sino en la vida, quiero decir. Tampoco es que hablemos tanto de música, ni compartamos. No tenemos tanto esa relación, pero funciona en términos más abstractos. Es como una idea que tengo en mi cabeza…
Y Manuel te entiende…
Sí, exacto.
El País los bautizó en el 2016 como los “profetas chilenos de la psicodelia”, ¿Sigues pensando que la psicodelia es una moda, que no es un género con aspectos estilístico concretos?
Sí, es una moda que pasó de moda (risas).
Además, aún los siguen encasillando dentro de ese género…
A mí no me gustaba. Me cargaba. Ahora me lo tomo más relajadamente. Antes lo odiaba porque llegabas a estos festivales y todo era como un molde. Los mismos zapatos, chaquetas, el corte de pelo. Es como ir a un concierto de metal y todos van vestidos de negro ¿Por qué no hay un metalero que se vista de blanco o de rojo? Todo es muy básico. Esto es pop, esto es rock. Pink Floyd es sublime, Britney Spears es estúpida. Ese tipo de cosas no las soporto en general. A veces, me pasa lo opuesto. Encuentro a Pink Floyd estúpido y cosas de Britney me parecen geniales. La gente es floja en ese sentido.
El álbum nuevo – según la crítica – tiene influencias de soul, shoegaze, dream pop, sintes progresivos, música francesa de los sesenta… Entonces sí, ¿Hay un poco de todo?
Sí, totalmente. En casi todos los discos, en Moonlust también. Pero sí que hay de todo. Cosas inglesas, francesas, brasileñas, chilenas, latinoamericanas. No lo sé, la gente no lo ve tanto. No lo entiendo. Quizás no se nota.
Bueno, porque es difícil. La gente necesita tener como marcos de referencia, entenderlo desde un género musical.
Claro, pero siempre salen con “ay, suenan como Tame Impala”, no sé, pareciera que nunca han escuchado Los Beatles. Yo siento que son como niños, en el sentido que tienen referencias muy limitadas. De verdad es que sí que tenemos elementos comunes. Pero también hay guiños musicales que, créeme, no tienen nada que ver ni con MGMT, ni con Tame Impala.
El año pasado estuviste de invitado en NTS Radio y en tu sesión incluiste temazos, por ejemplo, Lena Platonos, esa figura mítica de la escena griega de los ochenta… ¿Podríamos decir que esa selección musical eres tú, es lo que oyes?
Sí, tal cual. Recuerdo que ese día teníamos que viajar de Manchester a Londres, creo, y no había preparado el show, así que me puse con mi iPod a escuchar y seleccionar canciones. Son cosas que escucho siempre porque tienen ideas que me gustan. Claro, Lena Platonos, me encanta esa canción (Bloody Shadows From Afar), la escucho todo el tiempo. Entonces, obvio, si voy hacer algo con una drum machine, va a salir de ahí, no va a salir de no sé (risas)…¡Qué tonta es la gente, pero si tienen Internet! En Youtube uno puede buscar lo que quiera. La banda turca de los años cincuenta, demos de Lena Platonos, todo. Es tan fácil. Pero, no sé, como que con el Internet la gente se vuelve más reductiva.
¿Tienes pensado sacar disco para el 2020, o tomar un descanso?
Sí, un descanso, no sé (risas). No tengo idea qué voy hacer.
¿Y qué estás oyendo ahora? ¿Alguna banda chilena, por ejemplo?
¿Nuevo? Nada. Hay mucha música chilena muy buena saliendo. Más que nunca. El trap está gigante. Mucha electrónica. Pero a mi, personalmente, me parece que Chile se profesionalizó mucho. Todo está como muy perfectito y eso lo encuentro fome (aburrido). Prefiero las cosas que tengan un poco de caos. De hecho, casi no estoy escuchando cosas nuevas. Ah, bueno, sí. El último de Beach House. He escuchado harto ese disco, que lo produjo Sonic Boom.
¿Y qué estás leyendo?
Estoy con Taipei de Tao Lin, pero no lo he podido leer (risas). Yo soy fanático de Tao Lin. Me he leído todos sus libros. El último que sacó se llama Trip. Era muy ensayístico y no me gustó. Me he querido comprar libros pero no he tenido tiempo.
¿Qué hay pendiente en la lista?
Biografías. Me gustaría leer alguno de Phil Spector. No me gustan tanto las novelas ahora. Cuando era más chico, probablemente. Aunque me gustaría empezar a leerme En busca del tiempo perdido (Marcel Proust). Quizás me voy aburrir mucho, pero si me pusiera a leer una novela ahora, leería esa.
Entradas recientes
- Be Your Own Pet estrena su primera canción en 15 años 2023-03-30
- Triángulo de Amor Bizarro estrenan single 2023-03-30
- The Reds, Pinks & Purples, ‘The Town That Cursed Your Name’ (Tough Love, 2023) 2023-03-29
- Wicca Phase Springs Eternal se va al synth-pop en su nuevo single 2023-03-29
- La extraordinaria vida de Little Richard, Mark Ribowsky (Libros Cúpula, 2023) 2023-03-29