De esas noches en las cuales lo único que apetece es estar en casa, en tu sofá, calentito, con peli y manta, para olvidar todo lo que pasa fuera, las malas noticias, la vuelta oficial del invierno, la lluvia…  De repente suena la palabra Efterklang. Única palabra que le da la vuelta a todo, que hace posible entrever algo de luz en una oscura noche de Lunes.

El teatro Lara fue el espacio adecuado para albergar esa luz brillante y especial. Una vez acomodados en nuestras butacas, I Am Dive tenían la tarea, a veces complicada, de abrir la velada. En poco más de 30 minutos, demostraron que no hace falta haber publicado 4 discos para tener las tablas suficientes para ofrecer un concierto que suena maduro, elegante, en el cual se cuidan mucho los detalles, en el que todo es importante. Los sevillanos demostraron una vez más que no solamente fuera de nuestras fronteras se puede hacer música melancólica en inglés sin que suene a recalentado y poco creíble. I Am Dive suena a alta calidad, seriedad, buen gusto, y talento increíble.

La lluvia y el frío ya estaban olvidados, y podía empezar el momento de Efterklang. Los Daneses se presentaban por segunda vez encima del escenario del Teatro Lara, y demostraron a lo largo de su concierto tenerle un cariño muy especial, con Mads Brauer, el cantante de la banda, repitiendo varias veces las buenas sensaciones que le daba el lugar.

El setlist del concierto se centró principalmente en el maravilloso ‘Piramida’, último disco publicado por la banda el año pasado. Debutaron con las dos canciones que abren el disco, “Hollow Mountain”, y “Apples”, canciones perfectas para mantener el calor ya presente en la sala, dos piezas de una elegancia sublime.

Sublime fue la palabra que más se escuchó entre el público al terminar el concierto.

Por varias razones, la primera porque la productora que organizó el evento es Los Conciertos Sublimes y se merece este nombre, la segunda porque no es más que una realidad. Para los que asistimos fue realmente algo sublime, sencillo y elegante, cuidado y detallista. Un concierto en el cual prevalece la música, no el show, la música bien tocada, no el personaje de turno que se convierte en músico de un día para el otro. Efterklang solo pueden ser superlativos, no hay ningún error en lo suyo. Hasta en los discursos de su cantante entre canciones encuentras belleza, pureza y sencillez… Humildad en la que muchos harían bien en inspirarse. Talento, con unos músicos que pueden intercambiar posiciones sin problema y cantan como dioses.

Los paisajes que nos hicieron visitar tanto I Am Dive como Efterklang, son absolutamente imprescindibles para experimentar alguna vez en tu vida, a pesar de la melancolía, no son oscuros ni lluviosos, son bellos y nevados, tan hermosos que ya no importa ni el frío…

¿Un Lunes oscuro? No, un Lunes brillante…

Foto: Ignacio Sánchez (El Enano Rabioso)