Devon Williams ha vivido dos momentos cruciales en su vida en los últimos seis años, que son los que han pasado desde la edición de su anterior trabajo. Por un lado, está la buena noticia del nacimiento de su hija. Sin embargo, por el otro, tenemos el fallecimiento de su padre. Son dos circunstancias que han servido de influencia a la hora de componer las canciones de este cuarto álbum. Aunque, eso sí, se ha decantado por sacar a la luz el lado positivo de la vida y crear una estupenda colección de canciones pop.

A Tear In The Fabric” tiene un detalle importante para tener en cuenta. Hasta ahora, el de Los Angeles, era uno de esos artistas que tenia predilección por los sonidos un tanto lo-fi, pero aquí se ha decantado por dar una producción más profesional a su música. Todo un acierto, la verdad, porque este pop preciosista que practica entra mucho mejor cuando se aprecian los detalles con facilidad. 

Buena parte del álbum se mete de lleno en esa fusión de new-wave e indie-pop que a tantos artistas gusta ahora. Así que sí, estamos ante otro trabajo que desprende una buena melancolía ochentera. Canciones como ‘Followed Me Back’ y ‘Out of Time’, que quizá son los cortes más directos del álbum, juegan con las guitarras y los teclados a partes iguales. Pero también temas como ‘For My Memory to Collect’, ‘Borderline’, o ‘Snake in the Grass’, que cuentan con un aire The Cars que es una delicia. 

Williams está tan pletórico, que es capaz de dejar de lado esa faceta más efusiva de su música, y entregar temas cercanos al soft-pop y salir de lo más triunfante. Ahí está esa preciosa ‘Domesticated’ y su saxo elegante. O ese dream-pop tan bien facturado que aparece en ‘In Babylon’. Porque, además, no baja la guardia en prácticamente todo el álbum, y al final nos deja un tema como ‘Circus World’, que se mueve en terrenos más oscuros. Y, para terminar, como no podía ser de otra manera, nos entrega un tema dedicado a la paternidad. Además, con balbuceos de su hija incluidos.