8.0
Score

Final Verdict

Después de varios intentos en las últimas dos décadas, ahora sí que podemos decir que Depeche Mode han hecho un gran disco que funciona en su conjunto y más allá de las tres canciones de turno. Además, por el camino, han conseguido dar con unos cuantos hits.

Cuando uno se enfrenta a un nuevo álbum de un grupo como Depeche Mode, siempre tiende a mirar hacia esos años dorados en los que banda de Basildon editó algunos discos que se han convertido en auténticos clásicos de la música moderna. Un grave error, porque, aunque es cierto que ya es casi imposible que repitan ese trío de ases que editaron entre 1986 y 1990, sí que hay cosas que destacar en los últimos trabajos del grupo. Además, pueden decir orgullosos que, en cuatro décadas de carrera, nunca se han dedicado a vivir de las rentas -más allá de algún recopilatorio que otro-. Y, de momento, la cosa sigue así.

Es imposible analizar ‘Memento Mori’ sin mencionar la muerte de Andy Fletcher. Su repentino fallecimiento en 2022 dejó solos a Martin Gore y Dave Gahan, que para grabar las canciones de este trabajo han tenido que lidiar con su lucha de egos. O como dicen ellos mismos, «aprender a llevarse bien». Unas canciones en las que la muerte está muy presente. Y no sólo en el título, que aseguran que ya estaba decidido antes de la muerte de Fletcher. Aunque sí es cierto es que ahora ha tomado un significado diferente. A lo largo de sus doce canciones a continuas referencias a la muerte. Además, bastante explicitas, como las de ese maravilloso “Ghosts Again” que sirvió de primer adelanto -su mejor single en dos décadas-. Lo que no significa que estemos ante un álbum excesivamente triste, es más, en muchos momentos suena incluso optimista.

Depeche Mode siempre han confiado bastante en los productores de sus discos. Y la verdad es que algunas veces les ha salido mal -el sonido que les sacó Mark Bell en ‘Exciter’ no termino de cuajar-, pero, por normal general les suele funcionar. Y este álbum es una buena prueba de ello. El dúo formado por James Ford y Marta Salogni ha conseguido dotar de frescura las canciones de la banda. Además, sin llenarlas de excesos y tirando de un minimalismo que, incluso, sorprende. Ahí tenemos “Wagging Tongue”, en la que se van hacia un synth-pop bastante luminoso y simple, pero tremendamente efectivo. De hecho, no desentonaría en sus primeros trabajos. Además, está compuesta a pachas por Gore y Gahan, lo que la convierte en una rareza dentro de su discografía. Como rareza es que nos encontremos con cuatro canciones coescritas junto a Richard Butler de The Psychedelic Furs.

Estamos ante un trabajo un tanto extraño. Algo de lo que uno se da cuenta desde el principio. Esa antibélica “My Cosmos is Mine” que lo abre, nos presenta a unos Depeche Mode un tanto densos y, sobre todo, muy oscuros. Pero, a su vez, son capaces de sacarse de la manga un baladón preciosista, grandilocuente, y lleno de cuerdas, como es “Don’t Say You Love Me”. De hecho, casi se podría describir como su “canción James Bond”. O de acercarse a un góspel puramente sintético en “Soul With Me”, una de las grandes joyas del disco, y una prueba estupenda de que Gore sigue teniendo mano para las grandes baladas. Incluso tenemos una rareza bailonga como es “Caroline’s Monkey”, que no se parece a nada de lo que hayan hecho antes. No obstante, es uno de los temas en los que Butler ha metido mano.

El gran acierto de este ‘Memento Mori’ es que, aquí, Depeche Mode han dado en la diana a la hora de buscar canciones directas que no desentonarían como un futuro single. Además, en alguna ocasión, haciendo guiños a su pasado. Ahí tenemos “People Are God” y “Never Let Me Go”, que no solo remiten en su título a dos de los mayores éxitos de su carrera. También lo hace en su sonido. Y es que, la primera, nos lleva directamente a la segunda mitad de los ochenta. Además, con bastante atino. Y la segunda es todo un trallazo que suena como si el ‘Music For The Masses’ lo hubiera creado un grupo de post-punk. Una descripción que también se podría aplicar a la sucia “My Favourite Stranger”. Y es que, esta vez sí que se puede decir que estamos ante el mejor trabajo de Depeche Mode en mucho tiempo.