Mi primer intento de ver a Curtis Harding se quedó en eso, en intento, porque el concierto se canceló por “razones logísticas”. Pero no se ha cumplido el refrán, ya que en esta segunda oportunidad todo ha ido, casi, como la seda. Casi dos años después, y en la misma sala El Sol en la que había sido fallidamente programado en 2017, pudimos disfrutar de la música de la nueva promesa del neosoul (aunque ya tiene 40 años).

Quien esperara a un cantante parecido al Harding de la portada de su primer disco (o de la del segundo), se habrá llevado un pequeño chasco, porque aunque Hedi Slimane captó perfectamente la esencia y la época del soul que reivindica el neosoul en aquel retrato y en los que le hizo para Saint Laurent, Curtis no es así. Está casi más cerca de un cantante de hip hop y le va más el rollo pelín hortera, como demostró con su visera de plástico rojo translúcido y unas gafas muy Elton John (aunque el resto de la vestimenta era de lo más formal). Empezó el concierto casi a las diez y media, después de una corta pero interesante actuación de Lois, con una sala abarrotada y con la temperatura subiendo a marchas forzadas (el congelador que parecía la sala cuando entramos a las nueve, se convirtió en un horno en menos de una hora).

Acompañado por una banda de cuatro músicos (guitarra, bajo, batería y teclados y saxo), arrancó con The Drive, incluida en su primer álbum, Soul Power, y fue alternando temas de sus dos LPs con un sonido más que decente y unos músicos que cumplieron estupendamente. Harding tocó la guitarra en algunos temas (y la pandereta), y demostró que no sólo es buen compositor, sino que además tiene una voz envidiable, especialmente cuando canta en falsete. El primer momento estrella de la noche llegó con la interpretación de On And On, de Face Your Fear, aunque el calor y el cansancio estaban haciendo claramente mella en la banda y, también, en el público (comentó que iban a tener su primer día libre en Madrid después de seis jornadas consecutivas, y que agradecería cualquier pista sobre sitios a los que ir).

Se movió y bailó un poquito, habló algo con el personal que abarrotaba la sala y, aunque sonó bastante bien, le faltó un poco de compenetración con el público y de ánimo para que hubiera sido una noche redonda. Cerró su actuación con otro de los platos fuertes, I Need Your Love, y volvió para el bis, que fue el bonito medio tiempo As I Am, despidiéndose del público mientras su banda continuaba unos minutos más sobre el escenario hasta finalizar la canción.

Fue un poco cicatero tocando sólo sesenta minutos, pero seguro que tendremos una nueva oportunidad de verle muy pronto, en un mes menos caluroso y con un trabajo nuevo bajo el brazo.

Fotos: Adolfo Añino