El sábado se concentró el grueso de la programación de la primera edición del Atlantic Festival y a eso de las 12:30 ya estábamos por el recinto a la espera de Be Forest, los de Chiaverano saltaron a escena a eso de las 12:45 para desplegar todo su poderío, grandes dosis de shoegaze. Si bien aún empezaba a llegar la gente con cuenta gotas (parece que apuraron al máximo la noche anterior) pusieron toda la carne en el asador y los presentes pudimos disfrutar de un buen concierto.
Luego era el turno de Nacho Vegas, con nueva banda entre la que encontramos a Hans Laguna y con el coro Antifascista «Al Altu La Lleva”, un concierto reivindicativo el cual ya comenzaba a apreciarse mucha más afluencia de público y en el cual predominaban la sillas de bebés. Desde la organización han dado un paso por integrar a un público más familiar que pueda acudir con sus hijos (los menores de 12 años no pagaban) y eso se notó mucho sobre todo durante la tarde. Nacho Vegas, daba su recital secundado por la guitarra de Hans Laguna, un cajón y su inseparable ukelele. Fue desgranando «Resituación y Canciones Populistas» (Marxophone 2014).
Entre concierto y concierto un parón de una hora que llenaban los secrets shows que nos tenían preparados la organización, el colectivo de djs Atlantic Side amenizaban la espera a base de hits de toda índole. Schulz, Sr Fuiza, Curtis Inthekitchen, fueron los encargados de que no desfalleciésemos a pesar del enorme calor que hacia, mención a parte a Electric Feels el dúo vigués formado por los hermanos Nico y Hector, dieron rienda suelta a su estilo donde predomina la electrónica, pero su gran virtud es la edad (con tan solo 12 años), así que habrá que seguirles la pista.
Hablar de Xoel Lopez, es hablar de una de las referencias nacionales y autonómicas de los últimos 15 años, repasando sus dos últimos trabajos llenó el escenario de sonidos pop con sabor Atlántico y sacó a pasear su más que sobrada exquisitez musical, salía al son de “Here Come the Sun” y canciones como “Que me Lleves a Bailar”,”El Hombre a Ninguna Parte” incendiaron las primeras filas. Más allá de gestos inequívocos de un músico refinado que busca el aplauso fácil, ofreció un concierto muy compacto y sin fisuras, maá revolucionado de lo que nos tiene acostumbrado. Algo parecido hizo Cooper, un concierto que disfrutaron padres e hijos por igual. Las primeras filas se teñían de canas blancas, para escuchar un show lleno de nostalgia,”La Era Pop”(Dro 1988) es y será uno de los discos mas icónicos de la música española, y eso demostró Alejandro Díez en A Illa con un look muy “Bettleriano”, nos dejó trocitos de nuestras vidas en forma de canciones, ”Suzzette”,”No Sabes Bailar”, fueron himnos en bocas de todos los asistentes que disfrutaron incluso más que sus hijos.
A partir de ahí ya entrábamos en un terreno mas íntimo, era el turno para Tindersticks. Tenía curiosidad por ver como funcionaban en un festival a aire libre, hacia poco más de 3 meses que les había visto en el teatro Jovellanos de Gijón, y me impactaron muchísimo. Los de Nottingham con Stuart Ashton Staples a la cabeza proponían un concierto mas intimista, entraron flojos y fueron de menos a más. También resaltar que era una apuesta arriesgada, muchos padres ya empezaban a retirarse (ya se sabe, los niños después de un día largo ya empiezan a tener sueño) y comenzaba a llegar un público con ganas de fiesta, eso empañó un poco el concierto quedando un poco desubicados. Las filas de atrás les dio por charlar (por desgracia, algo ya muy habitual en muchos festivales) y deslució un poco el set de una banda tan buena como intensa. Traían bajo el brazo “The Wainting Room» (City Slang 2016) y canciones como “We Were Once Lovers” sonaron atronadoras con la voz de Stuart, profunda, dramática y brillante.
Un descanso para recuperarnos de una gran actuación, cenar algo para ver a José Gonzalez, esta vez en solitario en el enorme escenario (que lleno con su gran carisma) donde apareció acompañado de su guitarra para dar un recital absolutamente magistral. El suecoargentino desplegó un set enorme, que también fue poco entendido, canciones hipnóticas que resonaban en lo tímpanos y que fue desmenuzando. Nos ablandó, veníamos de otro show intenso y quedamos a merced de su indie folk durante los mas de 90 minutos que estuvo en el escenario. Quizás el único pero que se lo podría poner a la organización (estuvo de 10, con unos trabajadores inmensamente amabilísimos, cercanos y atentos) fue programar dos recitales tan penetrantes muy juntos, eso hizo parecer que la gente perdía interés, pues muchos tenían ganas de bailar y saltar. Por eso cuando saltó Temples, fue como un regalo del cielo para unos cuantos, despegaron con fuerza,”Colours To Life”,»Mesmerise” o “Sun Structures”, resonaron por todo lo alto. Ese sonido sixtie, para una banda tan joven parecía no encajar, pero coordinados y sueltos con unas tablas desconcertantes, subieron el listón unos metros y de ahí no bajaron. Puede que eso diese la sensación de que estuvieran planos, pero no, esa no fue la imagen que yo intuí, la de bajar los brazos, aunque ya a esas horas unos cuantos comenzaban a retirase después de 14h sin parar en el recinto, se veían caras de agotamiento. Aún así tuvieron tiempo para “Keep In The Dark”,y hacer un bis.
Atlantic fest, todo un acierto, una propuesta novedosa, para disfrutar de la música en familia, con la familia, con amigos… el orden de los factores en este caso no altera el producto, eso es lo que sacamos de un sábado espléndido en un paraje espectacular,y con ganas de que llegue ya el año que viene.
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