8.2
Score

Final Verdict

Constant Smiles entregan una brillante colección de canciones en ‘Kenneth Anger’, un disco en el que su música se empapa de unos sintetizadores llenos de ensueño que te atrapan y no te sueltan. De lo mejor de lo que llevamos de 2023.

Hace un par de años, cuando Constant Smiles firmaron con el sello Sacred Bones y editaron el estupendoParagons’, todavía tenían una cuenta pendiente en su carrera: cerrar su trilogía cinematográfica. El colectivo de Martha’s Vineyard empezó esta sucesión de discos en 2017, cuando publicó ‘Divine’, un trabajo oscuro, de claro corte lo-fi, y algo experimental, en el que se inspiraban en la mítica perfomer norteamericana. Un par de años después apareció ‘John Waters’, donde seguían dándole al lo-fi, pero desde una perspectiva más pop, e incluso electrónica. Y ahora la cierran con ‘Kenneth Anger’, el director experimental que fue una influencia para las otras dos personas protagonistas de la trilogía.

Probablemente sea porque ahora están un sello más importante y hayan podido grabar este disco en mejores condiciones, pero lo cierto es que aquí se aprecia un cambio evidente de sonido. El rollo lo-fi desaparece por completo y aparece una limpieza que nada tiene que ver con esa suciedad que impregnaba los dos primeros volúmenes de la trilogía. Además, la instrumentación es más rica, y no sólo nos encontramos con etéreos paisajes de teclados y guitarras con algo de distorsión, también aparece por aquí alguna guitarra acústica, un piano, un chelo, o un violín. Lo que hace que el disco tenga un sonido increíble.

Según la nota de prensa de este ‘Kenneth Anger’, Ben Jones, compositor principal y único miembro fijo de Constant Smiles, utilizaba las películas del director como telón de fondo mientras componía sus canciones. Lo que probablemente contribuyó a que prácticamente desapareciera por completo el indie-folk de su anterior trabajo, y apareciera un estilo más sintético y similar al de los dos primeros discos de la trilogía. Pero eso sí, con toda esa limpieza que comentábamos más arriba. Así, nada más empezar, nos encontramos con “Finding Ways”, un épico y acelerado tema, en el que los teclados se meten en mundos totalmente ensoñadores. Un guion que siguen en la estupenda “Here and Gone”, o en esa delicia llamada “I’m On Your Side”. Además de en “I Hope You Are Well”, que tira hacia estos sonidos, pero que lo hace con un tremendo ritmo motorik.

Cuando escuchamos “In My Heart”, el tremendo primer single del disco, parecía que Constant Smiles se iban a decantar por un sonido más post-punk, pero no sería del todo justo meterlo en esa etiqueta. Incluso se podría decir que es un poco la rara avis del álbum, y que el resultado final se asemeja más al que aparece en “Gold Like Water”, que fue elegido como segundo single. De hecho, su delicadeza ensoñadora, también aparece en el tramo final del disco, del que si podemos decir que se asemeja un poco a su anterior trabajo. O por lo menos es el que presenta un sonido menos sintético. Es más, “Off Again”, el tema que lo cierra, entraría dentro de la etiqueta slowcore sin ningún problema.