Acabamos de regresar y ya volvemos a necesitar vacaciones. Afortunadamente, aquí llega, salvadora, mi querida editorial Contra para ofrecernos Coast to coast, de Fernando Mahía. O como reza su subtitulo, Un viaje por los márgenes de los Estados Unidos a través del baloncesto. Un periplo on the road de lo más original —de ensueño para cualquier freak de la canasta que se precie, de hecho—, que combina la crónica de viajes, la historia y el reportaje social con el mejor de los deportes en la tierra que lo vio nacer…
Coruñés (1990) aunque afincado en Donostia, Fernando Mahía Vilas se licenció en periodismo por la Universidade de Santiago de Compostela. Tras saborear las mieles del becario en La Opinión de A Coruña y El Progreso de Lugo, ejerció de trotamundos, con oficios sin relación con el gacitillerismo en Edimburgo, Cardiff, San Francisco o México. Actualmente trabaja como traductor, periodista y escritor freelance, siendo colaborador de medios como Luzes, Líbero, NBAManiacs, CTXT o 7K. Coast to Coast es su primer libro, resultado de una larga travesía por EE.UU. en una vieja furgoneta Dodge Grand Caravan del 2001.
Iniciado el 17 de mayo de 2019, Coast to coast arranca en Nueva York y se cierra el 24 de octubre de ese mismo año en San Francisco —pese a que Mahía se quedó en Frisco varios meses después, hasta la venida de cierta pandemia…—. 15.932 kilómetros con paradas en coordenadas y latitudes made in USA tan dispares como el llamado «Cinturón del Óxido» —el Rust Belt—, el Medio Oeste, los Apalaches o el Sur profundo. Recorriendo, mapeando la idiosincrasia y el «estado de una nación» en una época tan hiperbólica como decisiva. Y siempre con un hilo conductor, un pretexto, a priori, de lo más singular: el baloncesto.
Lo interesante —apasionante si te gusta esto del balón rugoso— es que, efectivamente, la odisea aventurero-deportiva de Mahía refleja una mirada sobre Estados Unidos. Acerca de sus extremas, a veces punzantes, realidades. Ciudades fagocitantes y localidades de tiempo detenido. Zonas deprimidas e hipergentrificaciones. Obreros votando a Trump. Silicon Valley y Tenderloin. Héroes mestizos, arrinconados en zonas depauperadas —aunque todavía orgullosas en sus generaciones más veteranas—. Iconos que han conocido el racismo y el «techo de cristal» en sus propias carnes. Utah y jazz… Contradicciones, también a través del esférico —terraplanistas, sobre todo Kyrie, abstenerse—.
Los hallazgos y momentos memorables son la norma en Coast to coast, forjándose una suerte de híbrido narrativo, una colección de relatos que marida historia, sociología, política y la oralidad propia de las leyendas deportivas. Así, visitamos templos del baloncesto como Rucker Park, la cancha por antonomasia del baloncesto callejero —feliz casualidad haberla pisado hace muy poco—, o el Superdome de Nueva Orleans donde «Pistol» Maravich hizo su magia. El Harlem latino a través de sus efímeros mitos. El encuentro con el entrenador de instituto del auténtico «Hoosier», Larry Bird. La visita al Globetrotter Larry «Gator» Rivers en una Savannah sacada de Medianoche en el jardín del bien y el mal. O el estático encuentro con Lusia Harris, la mujer que pudo reinar en la NBA, en pleno Delta del Misisipi.
Pero no os vayáis todavía, que aún hay más. Porque si no fuera suficiente con la retahíla de personajes fascinantes, como Dorothy Gaters, Schuye LaRue, Luis Felipe López, o el mismísimo «padre fundador» James Naismith, Fernando Mahía también tiene tiempo para hablarnos de Elvis, Otis Redding, Robert Johnson, literatos varios… De hecho, diría que Coast to coast sólo flaquea cuando la parada parece puramente técnica o baloncestistícamente algo genérica —Charlottesville, Richfield, incluso la estancia en el hipercapitalista San Francisco de los Warriors—. En cambio, cuando las historias «pasan por el aro» —perdón, era demasiado tentador— su obra resulta tan original como sorprendentemente rica.
Porque, a fin de cuentas, Coast to coast es una sugerente revisión del ensayo —uno donde se fusionan crónica periodística con el análisis histórico— y el libro de viajes. Además de una poderosa, y de lo más amena, vindicación del baloncesto como valioso elemento de la cultura popular norteamericana. Un componente que puede ayudar a explicar el pasado y el presente de una nación convulsa y cambiante, que en realidad alberga varias naciones en su interior. Atractivo para neófitos. Indispensable para fanáticos del baloncesto.
Entradas recientes
- The Rolling Stones, “Hackney Diamonds” (Gold Tooth Records/ Atlantic Records, 2023) 2023-12-05
- Que nadie duerma 2023-12-05
- Peter Gabriel, ‘i/o’ (Universal, 2023) 2023-12-04
- Grandaddy están de vuelta 2023-12-04
- Ducks Ltd. anuncian su segundo trabajo 2023-11-30