En estos últimos días me he encontrado con alguna gente que se pregunta cuáles son las razones del éxito de Carolina Durante, y por qué están recibiendo tanta atención mediática, si realmente no hacen nada nuevo. Pero hay muchos ingredientes para que su fórmula triunfe. La banda madrileña tiene esa especie de don, con el que cuentan muy pocos grupos, y con el que consiguen que sus canciones se conviertan en hits instantáneos. Quizá sea por sus letras, directas e inteligentes, y con referentes comunes a los que muchos de sus oyentes pueden agarrarse. O como van al grano y no se andan por las ramas. Incluso, la voz de su cantante, agresiva, pero muy melódica, puede ser otro de los aciertos. El caso, es que llevan casi dos años editando un temazo detrás de otro, y en su álbum de debut siguen en la misma tónica.

En el primer trabajo de los madrileños, se aprecia una seguridad casi inaudita en un grupo que, como quien dice, acaba de empezar. De hecho, no han metido ninguno de sus grandes éxitos; esos que les han reportado millones de reproducciones en las plataformas de streaming. Confían tanto en sus nuevos temas, que no han tenido ninguna necesidad de recurrir a las canciones que les dieron a conocer. Y han hecho bien (¿qué sentido tiene meter ahora ‘Cayetano’ o su dúo con Amaia?), porque estos diez cortes funcionan de maravilla.

Las influencias son las mismas que los medios, y ellos mismos, les hemos colocado en estos meses. Así, es inevitable no acordarse de Los Nikis en temas como ‘Cementerio (el último parque)’ o en la potente ‘KLK’. Como también es inevitable que no vengan a la cabeza Parálisis Permanente en ‘Falta sentimiento’. Y está bien, porque es exactamente lo que esperábamos de ellos. Además, también hay algún referente nuevo por aquí. Como el de los primeros Oasis en ese estupendo canto a la apatía llamado ‘Joder, no sé’. O el pop juguetón de la ultra-pegadiza ‘Cuando niño’. Además de enseñarnos su faceta más reposada y ruidosa en ‘En el perro de tu señorío’.

Las letras de Carolina Durante están plagadas de referencias a personajes y bandas actuales. Algo que, evidentemente, no deja de ser un gancho más en sus canciones. Ahí está la melancolía de ‘Las canciones de Juanita’, que hace referencia a los ya separados Juanita y los Feos. Canción en la que también hay un homenaje a El mató a un policía motorizado, e incluso a ellos mismos (“no sonamos mal, sonamos mejor que ayer”). Pero no todo son elogios hacia los grupos que les gustan, en ‘Nuevas formas de hacer el ridículo’, además de hacer un estupendo perfil de las relaciones por internet, meten una buena pulla a cierto cantante de uno de esos grupos “indies” que llenan pabellones. Y la verdad es que no está mal un poco de mala leche de vez en cuando en el pop español, que últimamente hay demasiado “buenrollismo”. Aunque sí es cierto que por aquí preferimos su lado más amable, como el del ‘El año’, la canción que va camino de convertirse a en su nuevo himno. Y es que, ese estribillo final, con mención Martín Barreiro (el hombre del tiempo de la 1), es irresistible.

Desde luego, si alguien esperaba a que se dieran la leche con su álbum de debut, ya pueden empezar a esperar al segundo, porque aquí está todo perfectamente engrasado.