No deja de ser curioso que una pequeña ciudad de provincias como Albacete haya dado alguno de los grupos más importantes del indie español. Pero es mucho más curioso que, esa ciudad, tenga su propio sonido. La gran mayoría de las bandas procedentes de la ciudad manchega tiran hacia ese rock áspero con voces susurrantes que los míticos Surfin’ Bichos pusieron en marcha. Más que nada, porque muchas de ellas son satélites de esta banda. Una de ellas es Burrito Panza, que ya van por su tercera colección de canciones, donde no solo afianzan su sonido, también lo llenan de nuevos matices con los que perfeccionan su propuesta.

Grabado entre Albacete y el Puerto de Santa María, donde, una vez más, estuvieron a las órdenes de Paco Loco, “Un nuevo frente frío” es el resultado que se obtiene cuando una banda está perfectamente sincronizada. Y no es que lo digamos nosotros, que también, es el propio Paco Loco el que hace unos meses recurrió a su Facebook para elogiar este trabajo. Allí, comentaba como se dio cuenta de lo que tenía entre manos mientras masterizaba las canciones, y de lo bien que encajaban cada uno de los instrumentos. Algo con lo que no podemos estar más de acuerdo, ya que todo está en su sitio.

Una de las cosas que mejor manejan Burrito Panza es esa dualidad que tienen, y que les lleva a pasar del indie-rock más áspero y crudo, o incluso el slowcore, al pop más directo y luminoso. Aquí lo hacen nada más empezar, donde, de buenas a primeras, nos encontramos la aspereza de ‘Léeme el pensamiento’ pero, inmediatamente después, aparece todo un hit pop lleno de teclados y luminosidad llamado ‘Entrañable y lamentablemente’. Dos facetas que funcionan estupendamente, y que van explorando a lo largo del álbum. Aunque sí hay que reconocer que es más fácil hacerse con cortes como ‘Autolavado de cerebro’ y ‘Barcelona’, que tiran hacia su vertiente más pop. Pero una cosa no quita a la otra, y la crudeza con la que entran las guitarras en las estupendas ‘El rayo loser’ y ‘La esquina torcida’, resulta abrumadora. Al igual que resulta intrigante su inmersión en mundos un tanto más ensoñadores, como es el caso de ‘Una octava parte de mí’, que es toda una preciosidad. Y bueno, aunque ‘Saudade 47’ y ‘Odio a mi jefe’ cierran el álbum tirando hacia mundos más esquivos, se les agradece que no intenten quedarse estancados.

Según Paco Loco, al que volvemos a citar, estamos ante el mejor disco de Burrito Panza, y nosotros no le vamos a quitar la razón.