Por separado, Julien Baker, Phoebe Bridgers y Lucy Dacus, nos han dejado algunos de los momentos más notables del indie-rock actual, y las tres han ayudado a revitalizar este género que ahora vive uno de sus mejores momentos. Además, lo han hecho de una forma muy diferente, porque, aunque podemos meter a las tres dentro de ese carro, su música no se parece demasiado. Algo que se puede apreciar en el primer EP de Boygenius, el proyecto conjunto que acaban de montar las tres. Y es que, aquí, la intensidad de Baker, se junta con lado más pop de Dacus, el cual, a su vez, se deja llevar por el mundo introspectivo de Bridgers. Una mezcla que funciona sin apenas fisuras en los seis temas que lo componen.

Evidentemente, las guitarras, son las grandes protagonistas de este trabajo. Ellas son las que guían a las tres componentes durante los veinte minutos que dura el EP, y con ellas logran dar con la épica e intensidad necesarias para que los temas den lo mejor de sí. Y es que, es fácil ver como en canciones como ‘Bite The Hand’ y ‘Me & My Dog’ fusionan sin problemas sus tres formas de ver el rock. Son dos canciones un tanto más pop y menos introspectivas, que consiguen enganchar a las primeras de cambio. Sin embargo, tanto en ‘Stay Down’, como en ‘Salt In The Wound’, se sacan de la manga dos cortes que van creciendo hasta llegar a una intensa tormenta eléctrica. Y ojo, porque son de los que ponen los pelos de punta.

No todo es electricidad en este trabajo, las acústicas también se llevan su parte del pastel. Lo hacen en una delicada balada como ‘Souvenir’, que no puede ser más emotiva, y ‘Ketchum, ID’, ese corte final tan sumamente yankee, que termina resultando ser el momento más bajo de todo el EP. Una pequeña fisura en un disco que se queda muy cerca del sobresaliente.