Este cuarteto está empezando a enseñar la patita en el circuito centroeuropeo con abrasivas actuaciones en algún que otro festival y en recintos de todo tipo de tamaños. Uno mira su nutrida lista de conciertos en los últimos años y puede intuir lo mucho que puede costar a una banda de pop experimental belga abrirse paso en el mercado sajón (sus recorridos casi conforman un círculo constante entre Francia, Holanda, Alemania, Suiza y su Bélgica natal). Una pena, ya que lo que se están perdiendo de momento en Inglaterra (y en España, ya que estamos), es una curiosa variante –ligeramente más pasional y esquizofrénica- a la fórmula que tantos éxitos ha proporcionado a los británicos Alt-J (una web llegó a definir a BRNS –con bastante buen tino, a mi entender- como una mezcla perfecta entre Alt-J y Battles).
Será cuestión de darles tiempo, pues escuchando los sólidos argumentos esgrimidos en las siete canciones de su debut (35 minutos de duración, un LP corto o un EP largo, según prefieras definirlo), el futuro alberga grandes glorias para estos chicos.
Sus canciones son de las que nunca permiten el relax del oyente, ya que uno nunca sabe en qué rincón van a explotar, o a mandarnos hacia otro mundo sonoro sin aviso previo.
Siendo predominantemente un grupo guitarrero, dejan las puertas abiertas a cualquier instrumento (con especial inclinación hacia las marimbas y otras percusiones de madera) que rarifique sus composiciones.
No son amantes del estribillo en el sentido estricto de la palabra, aunque muchas de las melodías clave son repetidas de manera obsesiva y con intensidad creciente hasta llevarnos a algún tipo de catarsis instrumental. Este truco se distingue de manera notoria en Deathbed, uno de los cortes más destacados del disco, donde ese “I love you so” pasa de ser un fraseo digno de los Coldplay más melosos a convertirse en grito de rabia desatada.
Si te has cansado de esa tendencia de nombrar a los grupos despojando a una palabra de sus vocales, intenta contener tu hartazgo para darle una oportunidad a BRNS (se pronuncia “Brains” y es un supuesto homenaje al mundo Zombie, por cierto); Wounded bien merece unas cuantas escuchas de las de poner la oreja de verdad.
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