7.9
Score

Final Verdict

Bar Italia cumplen las expectativas que se han creado con su tercer trabajo. Un disco en el que, además de su post-punk, también se adaptan muy bien a sonidos más pop, o al indie-rock con sabor a los noventa.

Hace unos meses que Bar Italia están todas partes. Su fichaje por el sello Matador ha conseguido que este trio de Londres formado Jezmi Tarik Fehmi, Sam Fenton, y Nina Cristante, se haya convertido en la comidilla de los críticos de medio mundo. Pero lo cierto es que ya llevaban unos cuantos años despuntando en la escena rock británica. No obstante, hicieron unos cuantos sold-outs con la gira de su segundo trabajo. Y ahora llegan a 2023 con un tercer álbum que forma parte de los grandes lanzamientos de la temporada. Eso sí, también ante su prueba de fuego, porque ahora es cuando les toca cumplir con las expectativas.

Bar Italia es una de esas bandas que resulta difícil clasificar. Se les suele meter en el carro del post-punk por su oscuridad, pero en su propuesta hay mucho más que eso. Y más en este ‘Tracey Denim’, donde sus guitarras, protagonistas absolutas del disco, se van hacia muchos caminos diferentes. Porque, al igual que la banda, que apenas concede entrevistas y no se molesta siquiera en hacer unas fotos decentes de promoción, su música es escurridiza. Así que, de repente, puede que te acuerdes de The Cure al escuchar sus canciones, pero también de bandas que no tienen nada que ver, como pueden ser Portishead, Stereolab, o Pavement.

Se suele decir que su música es hipnótica, y si atendemos al pop un tanto extraño que aparece en “Guard”, se puede afirmar que es una descripción acertada. Un adjetivo que también casa a la perfección ese rock reposado con ritmos trip-hop que aparece en “My Kiss Era”. De hecho, casi parece que va a cantar Beth Gibbons en cualquier momento. Pero, como ya hemos dicho, aquí hay un poco de todo, y no les cuesta nada salir de ese mundo hipnotizante para ensuciar sus guitarras y acercarse a un rock más noventero. Ahí tenemos “Missus Morality” y esas guitarras tan noise-pop. O el indie-rock sucio de “yes i have eaten so many lemons yes i am so bitte” y “Harpee”, que es tremendo. Como también lo es “Friends” y sus guitarras, que prácticamente se meten de lleno en el grunge más melódico.

Una de las bazas de Bar Italia es el juego a tres voces que aparece en algunas de sus canciones. El mejor ejemplo de esto esa barbaridad llamada “Punkt”, donde en poco más de dos minutos escuchamos a los tres miembros de la banda entre sonidos (ahora sí) post-punk. O en esa “F.O.B.” tan intensa y oscura. Pero donde mejor funciona es en “Change”, uno de los temas más limpios y pop del disco. Sobre todo, porque, prácticamente, cantan un estribillo diferente cada uno. Pero también porque el pop y la limpieza les sienta muy bien. Algo que se aprecia muy fácilmente en “Maddington”, el tema que cierra el álbum entre guitarras cristalinas e instrumentos de cuerda. Y es una preciosidad.