De la penúltima visita de Arcade Fire a Madrid, allá por 2010, hasta ayer, han pasado muchas cosas. La banda canadiense ha perdido fuelle en cuanto a composiciones se refiere –por aquel entonces presentaban el estupendo “The Suburbs”-, pero su directo no tiene nada que ver. Hace ocho años, en el mismo escenario que el de la pasada noche, vimos a una banda con una puesta en escena demasiado pobre para este tipo de recintos tan grandes, en los que hay que dar algo más que un gran repertorio. Afortunadamente, con los años, han ido aprendiendo la lección, y los Arcade Fire de ahora son capaces de aunar un gran espectáculo con una colección de canciones enorme. De hecho, se podría decir sin tapujos, que son la gran banda de estadio del momento.
Sobre papel, no resultaba demasiado atractivo ver a los canadienses presentando su último trabajo, el cual, sin duda, es el peor de su carrera, pero todo funcionó a la perfección desde el primer minuto. “Everything Now” fue el protagonista absoluto de todo el espectáculo que decoró la noche, el cual, con ese cuadrilátero de boxeo coronado con unas pantallas LED y puesto en mitad de la pista del WiZink Center, que permitía ver al grupo desde cuatro ángulos diferentes, fue maravilloso. Pero, afortunadamente, su protagonismo fue el justo en el setlist – apenas se llevó un 25% del repertorio-, y tocaron lo único salvable que hay en este trabajo. Como el tema que le da título, que sirvió para abrir la noche y para comprobar por primera vez los buenos pulmones del público madrileño, que coreo todas y cada una de las canciones del repertorio. Y es que, es difícil no dejarse llevar por la emoción que produce la épica de temas como ‘Rebelion (Lies)’, la cual cayó a las segundas de cambio, ‘No Cars Go’ o la vibrante ‘Neighborhood #1 (Tunnels)’, que pusieron patas arriba el recinto. O de venirse arriba con ‘Keep the Car Running’ y ‘Ready to Start’, y bailar con una sonrisa de oreja a oreja mientras Régine se pasea por el escenario cantando ‘Electric Blue’ y ‘Spraw II (Mountains Beyond Mountains)’. Podríamos pasarnos horas contando todos los buenos momentos que nos dejaron en la pasada noche.
Fuera de los temas más evidentes; esos que sabíamos que iban a tocar sí o sí, hubo otros grandes momentos. Y es que, curiosamente, “Neon Bible”, su maravilloso segundo trabajo, tuvo cierto protagonismo en los momentos más intimistas. Ahí está la impagable imagen de Win Butler cantando el tema que le da título y ‘My Body Is a Cage’ bajo un manto de luces blancas, o esa ‘(Antichrist Television Blues)’ que nos regalaron y que no suelen tocar. Es más, de vez en cuando, el propio Butler, le echaba un vistazo a un atril con la letra, lo que nos da una idea de las pocas veces que la tocan. Pero también resulta atractivo ver como ellos mismos reconocen sus propias influencias, como en la maravillosa ‘Afterlife’, que acabó con Win Butler tarareando el ‘Temptation’ de New Order. O comprobar lo bien que le siguen sentando las influencias caribeñas a ‘Here Comes The Night Time’, con la que fue imposible no mover las caderas.
Hubo pocos momentos para no recordar, tan solo esa garrulada llamada ‘Creature Comfort’, la cual tocaron casi al final bajo una nube de humo. Pero lo arreglaron inmediatamente después cerrando la primera parte del concierto con una ‘Neighborhood #3 (Power Out)’ absolutamente inmensa.
Puede que el hecho de haber visto varios vídeos de la gira (imposible no hacerlo si tienes algún tipo de red social), restara un poco de sorpresa al bis, pero no es lo mismo vivirlo en persona, y los veinte minutos finales del concierto fueron dignos de enmarcar. Primero, porque pudimos comprobar algo que ya sabíamos, que la bonita ‘We Don’t Deserve Love’ es de lo mejor de su último trabajo, y segundo, porque ‘Wake Up’ sigue siendo emocionando como el primer día. Cerraron su visita a Madrid con este pedazo de himno de su primer trabajo, pero no la hicieron al uso. Se dejaron acompañar por Preservation Hall Jazz Band, la banda que está abriendo sus conciertos, lo que le dio un toque diferente a la canción. Además, ni cortos ni perezosos, siguieron tocándola mientras salían del recinto, e incluso, para sorpresa de los allí presentes, llegaron hasta el parking del WiZink Center.
Quizá resulte contradictorio, pero Arcade Fire están dando los mejores conciertos de su carrera en la gira de presentación de su peor trabajo. ¯\_(ツ)_/¯.
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