Ser músico en Brooklyn ha de representar una presión enorme. Aunque el proceso de gentrificación hace ya tiempo que culminó su ciclo por allí, todavía sigue siendo un lugar que etiqueta a sus artistas tanto o más que los géneros musicales que éstos decidan defender. Cantarle al mundo desde Brooklyn suele ser sinónimo de vivir entre la experimentación y el eterno posturno alternativo.
Y allí es donde encontramos a Nicole Schneit y su proyecto casi-unipersonal Air Waves representando justo lo contrario: desenfado y sencillez en un indie pop guitarrero de los de toda la vida. Y han llegado a estas alturas de su carrera –este es su tercer disco- haciendo que eso sea justamente un valor a favor, sobre todo porque en esas canciones donde aparentemente no pasa nada notable, y en esa voz sin excesivas florituras, encontramos chicha y encanto suficiente para engancharnos mucho más que con otras pretendidas obras de algún que otro geniecillo brooklynero.
Con todo, vemos en Nicole un afán de evolucionar sin estridencias en este nuevo trabajo, sobre todo a partir de la cuarta canción, donde empezamos a encontrarnos constantes sorpresas sonoras, desde el toque country de Older, o el folk desnudo de Frank (donde destaca el contraste de la luminosa voz de Schneit con los lúgubres acordes de la acústica); o el estribillo popero-comunal de Milky way; o la energía explosiva de Thunder, único momento donde se evidencia un toque cerebral detrás de estas canciones (memorable el cambio de marcha en su minuto 2:55).
Además, Parting glances está perfectamente grabado (nítido y sucio en los lugares adecuados), y sus cuatro notas están tocadas con sapiencia y vocabulario pop (no en vano, entre los instrumentistas encontramos a miembros de Woods, Crystal Stilts, Ava Luna y Hospitality; y Jana Hunter de Lower Dens fusiona en un par de coros su voz con la de Nicole Scneit hasta puntos mosqueantes).